Filmin estrena el próximo viernes 15 de diciembre, en exclusiva en plataformas digitales en España, la película "Las chicas están bien", debut como directora de la actriz Itsaso Arana. Producida por Jonás Trueba -quien ha dirigido a Arana en múltiples ocasiones y además es su pareja-, la película vivió su estreno mundial en el Festival de Karlovy Vary, posteriormente pasó por el Atlàntida Mallorca Film Fest de Filmin y recientemente ha sido nominada en los Premios Goya (Mejor Dirección Novel) y en los Feroz (Mejor comedia).
"Las chicas están bien" narra una historia sencilla: cuatro actrices y una escritora se reunen en una casa de campo durante una semana en verano para ensayar una obra de teatro. Mienras conviven, comparten sus saberes sobre la amistad, la interpretación, el amor, la orfandad y la muerte. La propia Itsaso Arana encarna a la escritora y está acompañada en el reparto de las ganadoras del Goya Bárbara Lennie ("Magical Girl") e Irene Escolar ("Un otoño sin Berlín") junto a dos jóvenes promesas: Itziar Manera (de la serie "Días mejores") y Helena Ezquerro (actualmente en la serie "La moderna"). "Ojalá yo hubiera sido capaz de hacer una primera película como 'Las chicas están bien'", confiesa el productor Jonás Trueba: "una película que se atreve a concentrar los deseos y anhelos en un único espacio y en unos pocos personajes sin necesidad de construir apenas una trama o un argumento legitimador". Es la primera vez que su productora, Los Ilusos Films, produce una película no dirigida por él, y el resultado no ha podido ser más satisfactorio: "es una película de ficción que tiene mucho de documental o de 'película-ensayo', pero sobre todo tiene eso que tantas veces se nos queda por el camino y que no es otra cosa que el pálpito de la vida, del sentirse viviendo".
La directora, por su parte, afirma: "He hecho esta película para retratar algunas mujeres actrices que amo, para reunir vivencias y sabidurías. Para hacer de nuestras lecciones de vida nuestro propio legado". La cineasta confiesa que realizó esta película sin demasiadas pretensiones, en una mezcla de atrevimiento y miedo, y que esa sensación se percibe en la propia obra: "Me siento orgullosa de haberle encontrado su propia naturaleza y escala: humana, pequeña, rodada en quince días [...] La rodé sin mucha pretensión y ha podido mantener esa naturaleza hasta el final".
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