Sería muy pretencioso que, desde estas líneas, señalásemos con rigor las estaciones invernales con las pistas más óptimas; porque cualquier aficionado al esquí, ya sea experto, de nivel medio o novel, buscará la que más se adapte a sus posibilidades. Pero indicaremos cuáles son las más baratas, las que cuentan con más plazas hoteleras o las que tienen más kilómetros esquiables, de entre las treinta y siete que se emplazan en la geografía peninsular: treinta y tres en España, tres en Andorra y una en Portugal.
Las españolas se ubican en las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón, Asturias, Cantabria, Galicia, Castilla León, La Rioja, Madrid y Andalucía; la portuguesa, Serra da Estrela, se halla en la región de Beira; mientras que las tres andorrranas se encuentran en un radio de tan solo veinte kilómetros.
Las más económicas
Aunque siempre se ha considerado al esquí como un deporte para pudientes, actualmente es un deporte asequible tanto para la compra del equipo imprescindible como su alquiler o el coste de los forfait; es decir, del abono para el uso y disfrute de las instalaciones y servicios en las estaciones de esquí.
El precio del forfait de adulto por día no sobrepasa los 20€ en la de Leitariegos (León), Manzaneda (Orense) y La Covatilla (Salamanca) o los 25€ en las de San Isidro (León), Valdezcaray (La Rioja) o Valgrande-Pajares (Asturias); entorno a 30€ en las de Serra de Estrela (Beira, Portugal), Javalambre y Valdelinares (Teruel); aproximadamente 40€ en la de Espot (Lleida); 45€ en Ordino-Arcalis y Pal-Arinsal (Andorra) y 47€ en la de Sierra Nevada (Granada).
Las de más pistas y kilómetros
Las treinta y siete estaciones invernales suman un millar de pistas que complacen el gusto de todos. De itinerarios cortos o extensos, desniveles suaves o abruptos, poco transitados o más concurridos y para principiantes o esquiadores con experiencia.
En cuanto al número de pistas, el top’10 lo encabezan Grandvalira (Andorra) y Sierra Nevada: la andorrana, con 128 y la granadina, con 115. A continuación, con casi un centenar se sitúa Formigal (Huesca), con 97 y algo mas atrás Baqueira Beret (Lleida), con 71. Las estaciones de Masella (Girona) y Cerler (Huesca) cuentan ambas con 62, Astún (Huesca), con 54, La Molina (Girona), con 53 y Boi Taüll (Lleida), con 52, cerrando este ranking la andorrana Pal-Arinsal, con 45.
Y por lo que respecta a las instalaciones con más kilómetros esquiables, éstas coinciden con las de la cantidad de pistas, aunque con una ligera alteración en el orden: Granvalira (215 kilómetros), Baqueira Beret (155), Formigal (137), Sierra Nevada (107), Cerler (79), Masella (74), La Molina (67), Pal-Arinsal (63), Astun (50) y Boi Taüll (47).
La capacidad hotelera
La oferta hotelera en las estaciones de esquí diseminadas por las cordilleras montañosas de la península superan las 180.000 plazas.
En los Pirineos se emplazan quince estaciones invernales, diez en el lado catalán (en Lleida: Baqueira Beret, Boi Taüll, Espot, Tavascán, Port Ainé y Port del Comte; en Girona: La Molina, Masella, Vallter 2000 y Vall de Núria) y cinco en el aragonés (en Huesca: Formigal, Panticosa, Cerler, Astún y Candanchú) con 102.000 plazas hoteleras, 60.000 en Cataluña y 42.000 en Aragón. Esta catalogada como la cadena montañosa más propicia para la práctica del esquí en todas sus vertientes y la que recibe mayor afluencia de visitantes, destacando Candanchú, la más antigua de todas y la más idónea para esquiadores noveles; Cerler, la de mayor altitud y desniveles más pronunciados y Baqueira Beret, la de mayor terreno esquiable en España.
Sierra Nevada, con dos estaciones de esquí (la propia Sierra Nevada y La Ragua), ocupa el segundo lugar de las cordilleras en cuanto a número de plazas en hoteles o apartamentos, 27.000 concretamente, con innumerables pistas interconectadas entre sí, que abarcan numerosas posibilidades, desde un turismo familiar a otro más exclusivo de esquiadores muy experimentados. En la minúscula estación de La Ragua se puede practicar el esquí de fondo, en sus 15 kilómetros de recorrido.
Las tres estaciones de Andorra (Grandvalira, Ordino-Arcalis y Pal-Arinsal) ofrecen un total de 25.000 camas en establecimientos hoteleros del principado. Y sus más de 300 kilómetros de pistas configuran un paraíso para los amantes de la nieve, con áreas para modalidades como el esquí alpino, de fondo, snowboard o circuitos para los que empiezan.
En el Sistema Central se contabilizan 11.000 plazas en las inmediaciones de las cuatro estaciones invernales existentes (en la Comunidad de Madrid: Valdesquí y Puerto de Navacerrada; en Segovia, La Pinilla y en Salamanca, La Covatilla), que cuentan con la ventaja de un acceso cercano desde la capital a unas instalaciones que disponen de cañones de nieve artificial debido a su principal hándicap, la falta de precipitaciones que reducen su temporada de apertura.
La Cordillera Cantábrica tiene aproximadamente 6.500 camas repartidas entre las ocho estaciones de esquí (en León: San Isidro, Leitariegos y El Morredero; en Asturias: Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno; en Cantabria: Alto Campoo; en Orense: Manzaneda y en Burgos: Lunada) muy orientadas todas al esquiador de cercanía y con pistas de desniveles suaves, aptas para los menos expertos. Mientras que en las sierras montañosas del Sistema Ibérico se localizan cuatro estaciones invernales (en Teruel: Javalambre y Valdelinares, en La Rioja: Valdezcaray y en Burgos: Valle del Sol) que dispone de 6.200 plazas en hoteles o apartamentos y pistas muy benévolas, tanto para el esquí alpino como el de fondo.
Finalmente, la única estación en Portugal, Serra da Estrela, es el área protegida más extensa del país vecino, en el concello de Seia, en la región de Beira. Con 2.000 plazas hoteleras, 13 kilómetros esquiables y 9 pistas se trata de una instalación perfecta para el turismo familiar y para que los más pequeños comiencen sus progresos en la nieve.
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