Pero sin la alegría inicial de los hermanos Kurt que la crearon (Charlie y Johnny), ni el ímpetu que imprimió el músico Rafael Trabuchelli, allá por los años sesentayalgunos: ¡¡YENKA!!
El ritmo de hoy surge cansino y timorato, quizá hasta medroso, entre interrogantes minúsculos que apenas si se perciben a la hora de la siesta de un día asfixiante de verano, junto al Palacio de las Cortes que está en la Carrera de San Jerónimo de Madrid: ¿yenka?, ¿izquierda?, ¿derecha?...
Interrogantes que quedan ocultos, como agazapados, entre los hechos que se convierten en noticias, cuando comienza la legislatura con la formación de las Cámaras Legislativas y el reparto de poder en ellas: En la Mesa del Congreso de los Diputados, que es el órgano rector de la Cámara Baja (Art. 30.1 del Reglamento del Congreso). Y en la Mesa del Senado, que hace lo propio en la Cámara Alta (Art. 35 del Reglamento del Senado).
Todo lo que ha ocurrido en torno a la formación de las Mesas es importante. Lo es la participación en ellas (9 miembros en la Mesa del Congreso y 7 en la del Senado) por las capacidades de poder que se otorgan a los grupos políticos respecto al Poder Legislativo. Pero también es importante porque el reparto es la parte conocida de unos acuerdos, globalmente desconocidos, que han de ocuparse de algo más complejo e importante: La formación del Poder Ejecutivo que se ha de encargar del Gobierno Nacional de la Legislatura. La dinámica legislativa inmediata de las Cámaras. Y un largo etcétera en el que no son ajenos los repartos de puestos y los intereses de grupo y personas.
Por eso, todo lo que hay alrededor del comienzo de la Legislatura es motivo de atención. Citemos algunos casos para, por una parte, dejar constancia de ellos como hechos históricos de historias pequeñas, a veces simples historias personales; y para, por otra, señalarlos como hitos indicadores de un futuro del que ya se atisban algunos contoneos propios de “la yenka”:
- Actividades de los equipos negociadores de las formaciones políticas, públicas o no, ocupándose de temas generales, puntuales o “flecos privados para trueque y cierre”.
- Forma de las negociaciones, según dos modelos: Los llamados “Voceras novatos”. Y los negociadores eficaces, silenciosos, de las escuelas clasicas: gallega, vasca, navarra, aragonesa, de centro, catalana, castellanas, extremeña, andaluza, insulares...
- Personas que componen los equipos que negocian, algunas desveladas y otras sospechadas en los partidos políticos: PP (Rajoy, Soraya, Arenas, Cospedal...), PSOE (Equipo de la Legislatura anterior, más Pedro Sánchez, Luena, Patxi López...), Coalición Podemos (con acentos regionales, mareas; e individualidades: Iglesias, Bescansa, Errejón, Montero...). Ciudadanos (Rivera, Villegas, Prendes, Girauta...) ERC, CDC, PNV, CC, ...
- Cuentas y repasos de votos emitidos, secretos, y algunos extraños. Origen de declaraciones airadas. Y motivo de rumores que van desde “El temor a decir lo que se ha votado”, hasta “La jugada tramposa de prestar votos sin consulta para confundir y conseguir beneficios inmediatos”.
- Disensiones en la Coalición Podemos, puestas en evidencia al acatar la Constitución los miembros de Compromís o En Marea, con sus compañeros “rozando nudillos doblados” para sustituir el sonido de las palmas. Y con los aplausos atronadores (alguien sabrá por qué) a una Tania Sanchez exultante.
- Pablo Miguel Iglesias, al que alguien asoció a la intención “Pamí” (Pa-M-I), que, una vez más impuntual, llegó tarde.
- El bebé de Bescansa ha crecido, no ha menester de pecho como en la legislatura pasada y propicia que en la Coalición, con su ausencia del Hemiciclo, recuerde la originalidad perdida.
- Las votaciones de CDC existen a la vez que: Un “no derecho” a grupo Parlamentario propio en el Congreso. Homs y Mas ante la administración de justicia. Y posturas del PP, acaso transigentes y secretas, con consultas, referendum y compulsas.
- Los votos del PNV, posteriores al recibo del puesto en una de las Secretarías de la Mesa del Senado.
- Algunas declaraciones: “Nosotros no participamos en esta farsa”, de Joan Tardá sobre las votaciones de su grupo. “Esto es más teatro, me siento mucho más cómodo”, del cómico Felisuco, tras votar y convertirse en diputado Félix Álvarez. “No nos resignamos, otro gobierno es posible”. “Alguien tendrá que vestir al muñeco” (del PSOE)
- Caras varias, para estudio, de: Soraya, Catalá, Fátima Báñez, Alfonso Alonso, Asián, Patxi López, Juan Luis Gordo, Rosa Romero, Prendes, Sánchez Camacho, Eduardo Madina, Zaida Cantera, Alberto Garzón...
- Caritas meteorológicas, como de “veleta desnortada”, de: Rivera, Pedro Sánchez, Errejón, Iglesias y su grey...
- Ceños de: Celia Villalobos, Cospedal, García Margallo...
- También algunos hechos puntuales: Un WhatsApp de “X” a “Y”, a las 5 de la mañana para aclarar un “no veto”. Alguien vio en el hemiciclo algo parecido a “una rata de Campo” o “comadreja peligrosa”. Pedro Sánchez, haciéndole “la cobra” (rechazar la mano abierta) a Miguel Ángel Heredia, compañero socialista, vecino de escaño y (¡ay!) andaluz. Algunos miembros de Equo llegaron al Congreso de los Diputados en bicicleta. Altercado y gritos entre Manuel Monereo (Unidos Podemos) y el socialista José Zaragoza.
Todo ello no quieto, sino bamboleándose en las posturas mutantes de los grupos políticos. Todos. No sólo el grupo de Ciudadanos, que en la legislatura pasada daba pasos hacia la izquierda (PSOE), que ayer parecía moverse hacia la derecha (PP) en lo que alguien entendió como un suicidio político. Y que en fechas próximas puede hacerlo hacia adelante, atrás o reptiendo unos movimientos que, si toca, esta vez pueden llevar hacia la izquierda.
Porque es lo cierto que el ritmo de la yenka - izquierda, derecha, delante, detrás - tambien parece que es el ritmo al que, además del C’S de Rivera, danzan, o les obligan a danzar, algunos otros grupos:
El PSOE, que en plena crisis, de entidad e identidad, ha de rehacerse y decidir el orden en que coloca, con sus preferencias, las letras de sus siglas.
Podemos y sus coaligados, que han de ver hasta dónde llegan sus convicciones; y cómo compaginar sus proclamas independentistas y sociales con los intereses patrióticos generales.
ERC, CDC, PNV, Bildu y Coalición Canaria, que, además de los intereses del momento, puedan estar replanteándose su realidad, las previsiones de futuro, y las conveniencias y peligros que cada decisión comporta.
Y el PP que, después de una legislatura pasada gobernando en solitario y con mayoría absoluta, necesita unos compañeros de baile que le permitan conseguir los objetivos patrióticos comunes; y, los propios de un partido que apetece regeneración, renovación y evolución.
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