Esta semana no ha habido reunión del BCE, pero "la conferencia del BCE y sus observadores" nos ha dejado un montón de titulares que digerir. Destacamos algunos de ellos. En primer lugar, la presidenta del BCE, Lagarde, tratando de aclarar sus comentarios sobre "temporadas" y "fases" en la última conferencia de prensa, dio un mensaje claro. El BCE sigue dependiendo de los datos y necesita generar más confianza. El comportamiento de los salarios, los beneficios y la productividad a partir E ahora sigue siendo crucial. Pero de cara a junio debemos prestar especial atención al nuevo conjunto de previsiones y a la batería de datos salariales que obtendremos. Aún así, esos datos servirán para la decisión de junio; es poco probable que estén preparados para decidir una senda, dado que la inflación subyacente seguirá siendo rígida durante un tiempo. En otras palabras, los datos de aquí a junio podrían significar que "podrán pasar a la fase de reducción de nuestro ciclo político y hacer que la política sea menos restrictiva". Aún tendrán que confirmar de forma continua cuáles son los próximos pasos apropiados.
Esto encaja bien con lo que escribimos en nuestro análisis de la reunión de marzo hace unos días. El BCE parece encaminarse hacia un proceso de decisión en dos fases. Primero, si la política puede hacerse algo menos restrictiva. Y luego, al cabo de un tiempo, podrán decidir si van hasta el punto muerto (o más abajo si tardan demasiado en llegar al convencimiento) y a qué velocidad. Esta forma de operar encaja bien con varios puntos que hemos señalado antes. En primer lugar, es muy difícil ver recortes consecutivos en junio y julio si esta es la forma en que están pensando en los recortes. En segundo lugar, lo más probable es que acaben viéndose obligados a ir más rápido, que es un elemento clave de nuestro llamamiento al BCE después de diciembre de 2024. Nos gustaría añadir que el ambiente en la sala "Watchers" también era ligeramente más agresivo de lo que esperábamos. En nuestras conversaciones con otros asistentes, aumentó la preocupación de que un recorte del BCE en junio no sea un hecho tras los dos últimos datos de inflación. No estamos de acuerdo; seguimos firmemente convencidos. Y gran parte de lo que vimos en los dos últimos datos de inflación se debió al ruido habitual de fin de año (Recuadro 1) y a algunos factores especiales. La inflación media de los últimos 4 meses se sitúa muy por debajo del objetivo.
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