El año 2024 será recordado como el ejercicio en que más proyecciones erróneas se hicieron sobre los tipos de interés. De una narrativa que llegó a prever hasta 7 descensos de tipos en las distintas reuniones de la FED, hasta los actuales 3 ajustes de tipos que podrían iniciarse en la reunión de julio. Sin embargo y atendiendo a las razones que pueden llevar (o no) a un ajuste a la baja de tipos, se abren dos vías posibles con implicaciones muy diferentes para las Bolsas.
El primero de los caminos tiene que ver con una bajada de tipos de interés con el objetivo de llegar a la tasa de equilibrio de la economía, nivel que podría estar entre el 3,5% y el 4%. Esta reducción de los tipos sería positiva para el mercado de acciones, ya que los costes de financiamiento más bajos pueden estimular las inversiones y el consumo, apoyando así los ingresos y beneficios de las empresas. Además, un ambiente de tipos de interés más bajas hace que las acciones sean más atractivas en comparación con otros activos como los bonos.
El segundo de los caminos plantea, no obstante, unas consecuencias muy diferentes pues se trataría de descenso de tipos ante los temores de ir hacía una recesión económica, generadora de cierta alarma por el impacto de ese ajuste económico. En este escenario, la preocupación es que, aunque las tasas más bajas puedan apoyar teóricamente el crecimiento económico, también podrían señalar una expectativa de debilidad económica futura, lo que podría tener un efecto negativo en la confianza de los inversores y los consumidores. Además, si los recortes de tasas se perciben como insuficientes para contrarrestar una desaceleración económica, podrían no ser suficientes para evitar una recesión.
Vigilar los tipos a dos años puede ser, en ese sentido, un buen indicador para guiarnos en la interpretación de qué espera realmente el mercado y de sus implicaciones según se siga un camino u otro. --------------------
Comentario económico de Javier Molina, analista senior de mercados para eToro
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