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Los que se plantean contratar financiar la compra de una vivienda se topan ahora con una situación inusualmente beneficiosa: el euríbor desciende mes tras mes, lo que resulta conveniente si se tiene un tipo variable ligado a este índice, y la banca española libra una guerra comercial que está abaratando sus ofertas hipotecarias a tipo fijo. Y eso, aunque es en esencia positivo, dificulta elegir si la hipoteca debe tener un interés fijo, variable o mixto.
La bajada de tipos de interés realizada en Europa tiene un claro beneficiado, en el ámbito de los mercados de activos: la renta fija y, más concretamente, la deuda pública en plazos cortos y medios. Lo esperable, a partir de aquí y en el caso de que continúe (como esperamos) este proceso de normalización monetaria, es una bajada paulatina de rentabilidades a lo largo de toda la curva de bonos, pero especialmente pronunciada en los tramos de cero a cinco años.
En un contexto marcado por la volatilidad y los cambios en las políticas monetarias globales, la renta fija se posiciona como un pilar fundamental en las estrategias de inversión. El cambio de ciclo y las nuevas perspectivas para este mercado han sido el eje central del ‘ASEAFI FIXED 2024’, un evento que reunió ayer en el Colegio de Ingenieros de Madrid, a destacados profesionales del asesoramiento financiero y de la gestión de activos.
Detectamos claras señales de dinamismo en el horizonte del sector del crowdfunding inmobiliario. Sin ir más lejos, la reciente decisión del Banco Central Europeo (BCE) de bajar los tipos de interés es una oportunidad tanto para ciudadanos como para empresas. Por parte del promotor que está buscando financiación para sus proyectos de vivienda, esta decisión del BCE supone un importante incentivo.
El mercado inmobiliario en España está experimentando una serie de cambios significativos, impulsados por factores como la bajada del tipo de interés, el aumento de la población, la evolución del empleo y la fluctuación de las hipotecas.
Excelente dato de IPC en España del mes de agosto que reduce en cinco décimas, hasta el 2.3%, el ya de por sí muy buen dato del mes de julio. También la inflación subyacente modera, en este caso una décima hasta el 2.7%, frente al informe anterior.
La volatilidad se ha disparado a medida que crecen las preocupaciones sobre la economía estadounidense y algunas de las principales empresas tecnológicas no logran cumplir con las expectativas. Gran parte de la fortaleza que ha mostrado el mercado durante este año se ha apoyado en la confianza de un “aterrizaje suave”, donde los bancos centrales serían capaces de estabilizar la inflación sin llevar a la economía a una fuerte contracción.
Se espera que la reunión de julio transcurra sin incidentes y que el Consejo de Gobierno mantenga sin cambios los tipos de interés oficiales en el 3,75% de la facilidad de depósito. Según la presidenta Lagarde, la solidez del mercado laboral permite al BCE tomarse tiempo para recabar nueva información. En consecuencia, el BCE no tiene prisa por recortar más los tipos.
La inflación anual en la zona euro se redujo en junio una décima respecto a mayo y se situó en el 2,5%, según el avance del IPC de la región publicado este martes por Eurostat. Se constata así el descenso previsto por los expertos en un indicador clave para la fijación de los tipos de interés por el Banco Central Europeo.
La evolución de los tipos de interés continúa provocando efectos significativos en la estructura de costes del tejido productivo, aunque en el último año se ha moderado su impacto. Según un estudio, el 67% de las empresas españolas confirma que los niveles de tipos están impactando en su capacidad para financiarse adecuadamente. Se trata de un porcentaje elevado, pero quince puntos por debajo de los valores de hace un año.
El Euríbor ya ha recogido claramente las expectativas del mercado de una bajada de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) en junio, por lo que no debería tener un impacto significativo en la economía real, tanto en términos hipotecarios como financieros para el pequeño consumidor.
Según un informe, la producción mundial de alimentos y bebidas crecerá un 3,2% en 2024. En 2023, los consumidores en todo el mundo cambiaron sus hábitos para equilibrar el presupuesto familiar frente a la elevada inflación y el aumento de los tipos de interés. La mayoría de los indicadores sugieren que la desinflación de los próximos meses se traducirá en un descenso de los precios mundiales de los alimentos, aunque se mantendrán por encima de los niveles de 2019.
En el contexto actual, aunque las expectativas sobre el euríbor apuntan a cierta variabilidad durante mayo, no esperamos que esto se traduzca en aumentos significativos de los tipos de interés, especialmente en las hipotecas sujetas a revisión este mes.
Cada vez parece más claro que las buenas noticias para los hipotecados llegarán a partir de junio, ya que junto con los recortes de tipos del BCE se producirá una caída significativa del Euríbor. La cuestión clave ahora es el ritmo de los recortes más allá de junio, que a su vez dependerán de los próximos datos, sobre todo los de inflación.
“El aumento de la inflación en abril es más modesto que el registrado hace un año, y se espera que para junio el Banco Central Europeo realice el primer recorte de tipos, motivado por el descenso de la inflación y el débil crecimiento económico en la Unión Europea, siendo este último punto el que más preocupa ahora mismo”, señala Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
El Banco Central Europeo (BCE) ha retrasado la primera bajada de tipos y todo apunta a que la intensidad de los recortes será menor de lo esperado. Las previsiones apuntan a que el regulador europeo podría aplicar tres o cuatro recortes de 25 puntos básicos, empezando en junio, durante lo que queda de año y otros tantos el año que viene, lo que situará la facilidad de depósito (ahora mismo en el 4%) cerca del 2%.
Desde que comenzó el año ha quedado claro que el ritmo y el calendario de los recortes de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales serán clave para los mercados y la evolución de los principales índices de referencia, incluido el Euríbor, por supuesto.
El dato preliminar de IPC de la zona euro correspondiente al mes de marzo fue del 2,4%, por debajo del 2,5% esperado y del 2,6% registrado en febrero. Es la lectura más baja desde el pasado mes de enero, y anteriormente desde agosto de 2021. La inflación continúa desacelerando desde los máximos alcanzados el pasado mes de diciembre de 2022 en el 10,6% y ya se encuentra cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo.
El año 2024 será recordado como el ejercicio en que más proyecciones erróneas se hicieron sobre los tipos de interés. De una narrativa que llegó a prever hasta 7 descensos de tipos en las distintas reuniones de la FED, hasta los actuales 3 ajustes de tipos que podrían iniciarse en la reunión de julio. Sin embargo y atendiendo a las razones que pueden llevar (o no) a un ajuste a la baja de tipos, se abren dos vías posibles con implicaciones muy diferentes para las Bolsas.
Se ha venido entendiendo la novela como un género literario, de prosa más o menos abundante, que hace un relato de pura ficción. No obstante, se ha puesto de moda asociarla con lo que llaman historia, en la que el autor, a falta de imaginación, acude a otra novela documentada como historia para rellenar la trama que pretende vender. Algo parecido sucede con la inflación, que camina desbocada y la jerarquía económica dice combatir, por un lado, y la anima, por otro.
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