Muchas personas no saben por qué las tratan de esta o aquella manera. ¿Por qué no son capaces de transmitir la seguridad necesaria para alcanzar sus objetivos? En las relaciones interpersonales podemos identificar una fuerte influencia del lenguaje corporal, independientemente de la vestimenta utilizada, el estatus social y la religión. En definitiva, ¡el cuerpo habla!
A partir del análisis del lenguaje corporal puedo destacar tres motivos por los que se frustran diversas relaciones, ya sea entre los distintos públicos de la empresa, en el ámbito familiar o en las relaciones sentimentales: comunicación transmitida, percibida y deseada.
Con un análisis sencillo, a través de preguntas objetivas, tendrás tus propias conclusiones, veamos:
- ¿Transmites lo que quieres? - ¿Te perciben como quieres? - ¿No hay contradicción cuando te comunicas?
Reflexiona: ¿Cómo te trata la gente la mayor parte del tiempo? ¿Es como te gusta?
Cuando se habla de lenguaje corporal silencioso es necesario tener en cuenta algunos aspectos: microexpresiones y gestos faciales o movimientos corporales inconscientes.
El lenguaje corporal silencioso puede atraer o expulsar a cualquiera que nos rodea. Y, sin embargo, sigo preguntándote: ¿Por qué invierto en mi presentación personal y no logro alcanzar mis objetivos entre las personas? ¿Qué estoy haciendo mal?
Es necesario que comprendas que en estos aspectos existen ingredientes suficientes para iniciar una reflexión profunda sobre tu presentación personal, comunicación transmitida, percibida y deseada.
Reflexionando sobre los negocios, ¿puedes reconocer cuáles son las mejores herramientas metodológicas para desarrollar a tus empleados de manera que genere mejores resultados?
En primer lugar, tenga en cuenta que invierte mucho en la imagen de su empresa, pero sólo se centra en cuestiones superficiales y básicas: sólo se ocupa de las pinturas murales, la distribución de los vehículos, la comunicación visual, los impresos y los uniformes presentables. Sin embargo, te olvidas de invertir donde no tienes control: en la comunicación silenciosa entre tus empleados y tú mismo. Porque todavía te preguntas: ¿Por qué el dinero pasa por la puerta de mi empresa y no entra? ¿Será que el lenguaje corporal de tus empleados no contiene la respuesta?
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