| ||||||||||||||||||||||
Muchas personas no saben por qué las tratan de esta o aquella manera. ¿Por qué no son capaces de transmitir la seguridad necesaria para alcanzar sus objetivos? En las relaciones interpersonales podemos identificar una fuerte influencia del lenguaje corporal, independientemente de la vestimenta utilizada, el estatus social y la religión. En definitiva, ¡el cuerpo habla!
El diálogo resulta básico para cualquier pretensión de vida comunitaria; para encauzar los agonismos y antagonismos es un procedimiento necesario. Cuando no se practica, los entendimientos se tornan muy problemáticos. Exige unas mínimas cualidades de franqueza, respeto, tenacidad, y naturalmente, voluntad de dialogar. Y de por sí, cuesta lo suyo reunir estas condiciones.
Ese fue el título que le puso a una de sus obras nuestro eximio literato, José Cadalso, que escribió en 1772, una sátira breve y ligera contra un tipo de educación entonces frecuente: la erudición meramente superficial y sobre la falsa sabiduría de los pedantes, que sin siquiera saber leer y sin estudiar mínimamente quieren opinar de todo y lo hacen con pretensiones.
¿Estás planeando tu próximo viaje y Argentina figura en tu lista? ¡Excelente elección! Gracias a la diferencia cambiaria, este país sudamericano se ha convertido en un destino de viaje económico para los españoles. Además, Argentina es un país rico en cultura, con paisajes impresionantes, una gastronomía excepcional y un vibrante ambiente artístico y musical. Pero antes de que empieces a empacar tus maletas, hay algo que debes saber: el lunfardo.
A Mía le gusta esconderse detrás de la cortina y mirar pasar los coches desde la ventana. Cuando la descubres en su escondite, te observa con ojos de estupefacción, como si pensara “¡¿cómo me habrán encontrado, con lo bien escondida que yo estaba?!”. Después, pega cuatro saltos gráciles y sale por la puerta si no está cerrada; porque así es Mía, una gatita gris y blanca cuyo mayor afán es que le abran las puertas de la casa.
Lo que está ocurriendo en la España de los “nuevos tiempos” es para analizar con lupa y preocupación. Hoy me voy a ocupar, una vez más, de nuestro idioma, el español o castellano, para denunciar la falta de patriotismo de quienes tienen la obligación de defenderlo desde sus puestos de periodistas, escritores e informadores en radios, televisiones, periódicos y restantes medios de comunicación.
Al paso que vamos con los discursos actuales, corremos el riesgo de hablar sin conocer realmente lo que estamos diciendo. Se tergiversan tanto las palabras y se usan con un desinterés inusitado, que las palabras pronunciadas dan lo mismo, en realidad nos quedamos con los sobreentendidos particulares; es decir, cada sujeto involucrado en dichas expresiones entenderá las cosas como quiera.
En esto del habla, decirnos cosas, comunicarnos y entendernos o no; la disparidad irrumpe arrolladora con un rico muestrario. Las ideas, intenciones y palabras, generan un galimatías de gran magnitud. Si comienza la gallina y vienen detrás los huevos, o bien sucede al revés, sigue haciendo brotar incontables incógnitas.
Razón tenía Samuel Beckett en aquellos escritos sobre el decir; enredaba a propósito las palabras, querer decir una cosa, no saber qué decir, tampoco acertar en cómo decirlo, decir por decir o desdeñar al fin el sentido de las palabras. Parece un reflejo de las maneras comunicativas empleadas hoy en día, los dichos generan una enrevesada madeja de expresiones.
Los medios de difusión transmiten una sensación de que nos estamos introduciendo subrepticiamente en las “calderas de Pedro Botero”. A lo largo de toda mi dilatada vida cada año hemos pasado unos días en los que hemos sufrido “las calores”.
España es un país de motos. Según datos que maneja Amv.es, empresa de comercialización de seguros de motos, más de 3,3 millones de españoles tienen una, lo que significa que prácticamente el 10 % de la población mayor de 16 años conduce sobre dos ruedas.
|