Considerando la dinámica y los resultados, de las negociaciones para la regulación del problema sirio en Ginebra, es evidente que las mismas no han permitido la solución del conflicto, habida cuenta de su suspensión recurrente. Tales decisiones han sido tomadas por el Enviado especial de la ONU para Siria Staffan de Mistura, quien a menudo destaca que por el bien de negociaciones, las Naciones Unidas no puede permitir que cuestiones de procedimiento se conviertan asuntos más importantes que la resolución de problemas humanitarios del pueblo sirio. Es natural que casi nadie espere resultados inmediatos, desde la primera ronda de conversaciones, pero la mantención a flote de los mismos problemas, empuja la cuestión hacia un callejón sin salida.
Desde el principio se vio claramente que no había un compromiso con el éxito de las negociaciones. Así cuando las “negociaciones” iniciaron, la delegación de la oposición siria tan solo en una ocasión visitó la sede de las oficinas europeas de las Naciones Unidas. Luego de ello de forma sistemática ignoro el Palacio de las Naciones Unidas. Tal dubitativa actitud provoco que el propio jefe de la delegación del gobierno de Sirio,
Bashar Jaafari, calificara a la delegación opositora, como poco seria. A ello hay que agregar, el hecho de que la delegación de la oposición siria exprofeso incluyo representantes de los grupos de oposición: Teherán al-Islam" y "Ahrar Al-Sham", a sabiendas de que los mismos son considerados como terroristas en Rusia.
Se agrega a ello, las controversias que se presentaron durante las consultas inter sirias Primero, después de mucho insistir y negociar, el Alto Comité Negociador, grupo opositor para las negociaciones inter sirias apoyado por Arabia Saudita acepto visitar Ginebra, anunciando que lo hacía sin presentar condiciones previas, tal como lo estableció el representante de la ONU , De Mistura. Sin embargo, a contrapelo de lo acordado, la delegación opositora demando el cumplimento de las demandas contenidas en la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de diciembre del año pasado.
De igual manera el Alto Comité Negociador representante de la oposición siria, si bien expresó su deseo de combatir, al grupo terrorista “Estado Islámico” (ISIS o DAESH), exigió el fin de las operaciones militares rusas en territorio sirio. Al respecto el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, espeto, que no tenía inconveniente en poner fin a las operaciones militares rusas en Siria, hasta tanto los terroristas fueran derrotados, incluido el Frente Al-Nusra. Resulta obvio que la demanda apunta a hacer ver que Rusia no solo tiene como objetivos militares a las organizaciones terroristas, sino también la llamada oposición siria. En consecuencia a la conclusión a la que se desea arribar, no es otra que, en virtud de su conducta en el conflicto sirio, la responsable del fracaso de las negociaciones, es la Federación de Rusia. En tal sentido, cabe señalar que, por una parte, las negociaciones anteriores terminaron en un fracaso, independientemente de que la operación militar rusa de entonces contra los terroristas en Siria se llevara a cabo.
Por otra parte, no es difícil adivinar, que si en realidad existiese el deseo legítimo de acabar con el terrorismo, entonces todos de manera conjunta se esforzarían por atacar a sus militantes. Solo de esta forma ninguna de las partes podrá acusar a la otra de propiciar los ataques necesarios que el enemigo común, merece .Sin embargo, precisamente en ello residen las causas de que las negociaciones se estanquen pues al parecer a occidente no le interesa admitir la acción efectiva de las fuerzas militares rusas o los ataques exitosos de las fuerzas armadas sirias, contra los grupos terroristas en territorio sirios y la consiguiente devolución de los refugiados a las zonas liberadas de terroristas. Resulta claro que mientras continúe tal actitud mezquina y recelosa respecto al conflicto sirio, no será posible llegar a un acuerdo sobre su solución pacífica.
|