Si hay una fecha por excelencia en el calendario donde nuestra prioridad es la mujer, ésa es el primer domingo de mayo, Día de la Madre. Y, pensando en ellas, desde el movimiento Corazón de Mujer (CDM), iniciativa impulsada para concienciar sobre la importancia de las enfermedades cardiovasculares femeninas, ponen el foco en el cuidado de su corazón. La realidad es que las patologías cardíacas son la principal causa de muerte entre las mujeres, pero, también, que el 80% de éstas se podrían prevenir. Por este motivo, es necesario destacar la importancia de reconocer y minimizar los factores de riesgo específicos que la población femenina tiene que afrontar a lo largo de las diferentes etapas de su vida.
Embarazo
Hay que prestar especial atención a la etapa del embarazo ya que ésta, aunque muchos lo desconocen, podría desenmascarar una fragilidad cardiovascular ignorada. La razón es que dicho momento es equiparable a un ejercicio de cardio y estrés metabólico máximo donde podemos predecir una futura aparición de enfermedades cardiovasculares.
Existen una serie de eventos adversos, como la preeclampsia o la diabetes gestacional, que no sólo representan preocupaciones ocasionales, sino que deben considerarse como punto de partida de unas revisiones periódicas a nivel preventivo de la salud cardiovascular. “Afecta a más mujeres de las que pensamos: alrededor del 15% sufren hipertensión durante el embarazo y sobre el 7.5%, preeclampsia”, afirma la doctora Leticia Fernández-Friera, cardióloga de ATRIA Clinic e impulsora del movimiento Corazón de Mujer. “Y ésto –añade la especialista– multiplica por cuatro el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca e hipertensión crónica a largo plazo y duplica el riesgo de diabetes e ictus . Desde Corazón de Mujer no queremos ser alarmistas, pero sí incidir en que estos perfiles visiten a su cardiólogo puesto que podría ayudar a prevenir estas complicaciones”.
Menopausia
Sin embargo, el panorama de riesgo cardiovascular para las mujeres no termina ahí y hay que poner énfasis en la prevención durante la menopausia, una etapa de la vida caracterizada por cambios hormonales significativos. La disminución de los niveles de estrógeno ligados a este momento vital se asocia con cambios adversos en la composición del colesterol, la función arterial y la distribución de grasa corporal, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular y, en consecuencia, la necesidad de cuidarse.
En este sentido, la doctora Fernández-Friera destaca que “las mujeres, sean de la edad que sean, deben de conocer y tener en cuenta los factores de riesgo que pueden derivar en enfermedades del corazón. Bien es cierto que a partir de los 45 años la probabilidad de sufrir este tipo de patologías aumenta y la visita al cardiólogo debería convertirse en periódica porque, siendo objetivos, 8 de cada 10 accidentes cardiovasculares de mayor riesgo se podrían evitar. Por eso, es importante una concienciación temprana de la mujer y su entorno”.
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