En España se generan cerca de 37 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición (RCD). Para hacerse una idea de la magnitud de esta cifra es la equivalente a llenar cerca de 1.250 veces de residuos de obra el Estadio Santiago Bernabéu y similar al peso de casi 800 Titanics.
En el ámbito europeo, esta cifra alcanza los 461 millones de toneladas de las que aproximadamente el 30% se reciclan para usos de bajo valor añadido, otro 30% de los RCD se eliminan en vertederos de residuos inertes sin ser tratados y el 40% restante se eliminan de forma incontrolada en escombreras y espacios naturales sin control.
Para tratar de encontrar una solución al grave problema que supone el tratamiento de este tipo de residuos, el Grupo de Trabajo de Construcción, Demolición y Economía Circular del Clúster de la Edificación ha abordado un exhaustivo estudio de los Flujos de Generación de RCDs en Proyectos Residenciales.
El documento detalla el trabajo realizado por un equipo de expertos del Clúster de la Edificación, que ha analizado la producción de residuos en 129 obras residenciales, que representan un total de casi 11.000 viviendas y una superficie total construida de más de dos millones de metros cuadrados. Las obras han sido aportadas por constructoras asociadas al Clúster como Arpada, ACR, Mace o Cocircular y, para que puedan visualizarse las posibles desviaciones, también se han tenido en cuenta las bases de datos publicadas por CSCAE y CGATE en su Guía de Gestión de Residuos, o la de IHOBE y COACYLE.
“Una de las principales actuaciones previas a la hora de enfrentar los grandes retos de reducción de residuos en obras de construcción es medir cuantitativa y cualitativamente su producción actual. El estudio que hemos realizado nos permitirá trazar futuras estrategias ambientales”, explica Miguel Rodríguez, portavoz de este grupo de trabajo y responsable del Departamento de Prescripción de Rockwool.
Para este grupo de expertos, uno de los pilares del futuro para la reducción de residuos en el sector de la construcción será el diseño sostenible de edificios teniendo en cuenta su Análisis de Ciclo de Vida (ACV) y la adopción de sistemas industrializados que permitan su construcción en entornos controlados. “La inminente incorporación de conceptos como el Design for Assembly o DfA (diseño para montaje) o el Design for Disassembly o DfD (diseño para el desmontaje) va a reducir de manera drástica la producción de residuos y a impulsar la economía circular de tal manera que los edificios construidos hoy, puedan ser minas de materiales para la construcción del futuro”, argumenta Rodríguez.
Aunque establecer un porcentaje de reducción de residuos en base a la comparación entre construcción industrializada y tradicional es un ejercicio complejo, ya hay estudios que confirman que la reducción de residuos con metodologías industrializadas puede suponer más de un 60% comparativamente. “Según se vayan industrializando y construyendo en entornos controlados las distintas unidades de obra como la estructura, fachada, interiores, cerramientos, etc., se mejorará drásticamente la producción de residuos”, explica el portavoz del Grupo de Trabajo de Residuos, Demolición y Economía Circular del Clúster de la Edificación.
Construir en entornos controlados, como los que promueve la construcción industrializada, conlleva una serie de beneficios entre los que se incluye una optimización de los recursos materiales y la reducción de posibles despuntes y residuos en el propio proceso de fabricación.
El estudio realizado también revela como uno de los principales problemas la falta de optimización de la segregación de RCD en obra. Los residuos procedentes de obras construcción industrializada tienen una mayor facilidad para ser segregados y por lo tanto mayor calidad para ser utilizados como subproductos. “El concepto que integra la construcción industrializada es el Design for Assembly, es decir, elementos industrializados provenientes de fábricas son diseñados atendiendo a una modularización que favorecerá su instalación en obra, sin apenas generación de residuos. De esta forma se promueve la implantación de estrategias circulares basadas en las 5R: Reducir, Reutilizar, Reciclar, Recuperar y Rediseñar”, finaliza Rodríguez.
El informe aclara que existe una falta de rigurosidad en la cuantificación y medición del porcentaje de valorización de los residuos, ya que no se contemplan materiales comunes en las distribuciones teóricas planteadas por los gestores, lo que dificulta la clasificación de los residuos según LER (Listado Europeo de Residuos).
Esta situación puede llevar a que los productores de residuos no persigan una correcta manipulación y segregación en origen, ya que no solo no obtienen ningún beneficio económico, sino que esta actividad les supone un mayor coste.
Por todo ello, el Clúster de la Edificación resalta la importancia de mejorar la precisión en la gestión de residuos en proyectos residenciales y la necesidad de establecer criterios unificados y normalizados para la cuantificación y clasificación de los residuos.
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