“Noticia de un secuestro” es un relato basado en hechos reales del celebrado autor colombiano Gabriel García Márquez, publicado en 1996, donde el premio Nóbel de literatura aborda el tema del narcoterrorismo colombiano y la privación ilegal de libertad de personajes prominentes de Colombia.
La narración comienza con el rapto de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar de Guerrero la tarde del 7 de noviembre de 1990. La imaginería popular sostiene que Maruja fue raptada por ser hermana de Gloria Pachón, viuda del fundador del Nuevo Liberalismo Luis Carlos Galán, del mismo modo que el secuestro de Ingrid Betancourt se atribuye a las altas funciones que desempeñara su padre en el gobierno dictatorial de Gustavo Rojas Pinilla. El libro examina una serie de secuestros relacionados entre si: el acaecido del 30 de agosto de 1990, cuando Diana Turbay, directora del programa de noticias Criptón y la revista Hoy x Hoy, fue secuestrada junto a otros cuatro miembros de su noticiero. Entre ellos se contaban Azucena Liévano, el escritor Juan Vitta, los operadores de cámaras Richard Becerra y Orlando Acevedo. Diana es hija del ex presidente Colombiano y líder del Partido Liberal Julio César Turbay. Los secuestros de Marina Montoya y el Redactor en jefe del periódico El Tiempo Francisco "Pacho" Santos el 18 septiembre de 1990, también son relatados en el libro.
Después del secuestro, los familiares son informados por la policía y siguiendo la noticia por radio y televisión. Alberto Villamizar, político muy conocido, es esposo de Maruja y hermano de Beatriz y no escatimará recursos para lograr la liberación de las víctimas. Para lograr la liberación con vida, negocia con el presidente Gaviria y el Departamento Administrativo de Seguridad para que no actúen sin consultarle antes de cualquier acción. En la trama se entrelazan varios grupos que tienen en común masacres y lealtades diversas: la banda del narcotraficante Pablo Escobar, las autodefensas unidas de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional y por supuesto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Finalmente, los secuestrados acaban siendo liberados merced a las negociaciones entre altos referentes de los grupos interesados.
EN PARAGUAY
Un secuestro de similares características acaeció en Paraguay cuando Cecilia Cubas, la hija del ex presidente Raúl Cubas, fue emboscada por un comando paramilitar a pocos metros de su residencia, en las afueras de la capital paraguaya en septiembre del año 2004.
A diferencia de lo que sucede en el relato de García Márquez, el epílogo del secuestro paraguayo acabó siendo menos afortunado. Unos meses después, a mediados de febrero del 2005, fue hallado el cadáver de Cecilia en una fosa de un aguantadero, en una localidad suburbana próxima a Asunción. El hallazgo del cadáver de la secuestrada, una elegante empresaria de 32 años enterrada viva con crueldad por sus captores, conmocionó a la sociedad paraguaya.
Las versiones oficiales difundidas entonces señalaron al grupo de izquierda radical Patria Libre como responsable del plagio y asesinato, versión siempre desmentida por la organización a pesar de su fluido relacionamiento nunca negado con las FARC, y su manifiesta aprobación de los métodos violentos contra la opresión implícita en ellos.
También citaban un e-mail que el canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda Escobar, envió el 12 de julio de 2004 (dos meses antes del plagio) a otro líder del grupo guerrillero, revela el plan para secuestrar a Cecilia Cubas. En el mensaje habla del rescate inicial de cinco millones de dólares y de la logística que el grupo (Partido Patria Libre) tenía para guardar por seis meses a la víctima. Sin embargo, aclara que se necesitaba de un negociador.
Varios de los integrantes de la presunta banda de secuestradores habían sido alumnos del seminario de San Pedro dirigido por el obispo Fernando Lugo, hoy candidato a la presidencia del Paraguay, antes que dicho centro educativo sea clausurado por las altas jerarquías eclesiásticas notoriamente disconformes con el cariz de los acontecimientos. Durante el secuestro de Cecilia, el hoy obispo-presidente Fernando Lugo fue consultado por la prensa sobre los sucesos, manifestando una enigmática indiferencia y desviando el tema hacia las tensiones sociales del campesinado paraguayo, afirmando que todos los días mueren hijos de indigentes campesinos sin que nadie se escandalice.
Hace poco el obispo incluso pidió perdón a la familia afectada por el cruel asesinato por sus declaraciones en aquella oportunidad, pero la madre de Cecilia retrucó acusándole de hipócrita que sólo buscaba resarcirse de sus desaciertos por encontrarse en campaña electoral.
Últimamente Lugo y su entorno han venido desmintiendo con cinismo tanto la ayuda económica que reciben las organizaciones que lo apoyan de USAID y otros organismos manejados por el embajador de Estados Unidos en Paraguay, mister James Cason, como sus vínculos con el chavismo venezolano, a pesar de haberse presentado como una corriente adscripta al socialismo del siglo XXI para ganar notoriedad, y tener a sus principales impulsores y propagandistas en los círculos bolivarianos de Latinoamérica.
LOS AGENTES DE LA FALACIA
En la misma venezuela bolivariana, cuenta con propagandistas cercanos al gobierno de Chávez como Joel Cazal, el mismo que presentara en Cuba como un gran revolucionario al delator e informante Dionisio Olazar ante el comandante Fidel Castro. Es normal que estos supuestos socialistas e izquierdistas infiltren así a los movimientos, valiéndose muchas veces de la desinformación para obtener solidaridad cubana o venezolana con agentes que responden a la embajada norteamericana, contribuyendo así a fortalecer el esquema imperialista.
Durante sus primeras visitas a Buenos Aires, los gestores de su acceso a la casa Rosada y su entrevista con la presidenta argentina fueron precisamente referentes de estos círculos relacionados a Hugo Chávez, entre ellos Víctor Santa María, líder kichnerista del SUTHER (Sindicato de Porteros), un viejo sindicalista del peronismo, y Sergio Shocklender, abogado de Universidad Madres que precisamente defendió a los paraguayos detenidos en un penal de Marcos Paz por el caso de la hija del ex-presidente Cecilia Cubas, y que maneja los fondos que provienen del Circulo Bolivariano de Venezuela en Argentina, además de viajar con frecuencia a Colombia.
La organización Patria Libre de Paraguay presunta, acusada del secuestro de Cecilia Cubas, es la misma colateral que dirige Jorge "Huevo Cevallos" funcionario en el Ministerio de Desarrollo Social de Argentina.
También aparece como propulsor del obispo en estos ambientes porteños Patricio Echegaray, del partido comunista argentino, a quien se lo ve en varias fotografías departiendo alegremente como el recientemente asesinado número 2 de las FARC, Raúl Reyes.
Otros movimientos relacionados con Fernando Lugo en Buenos Aires son el Movimiento Libres del Sur, cuyos dirigentes responden al Circulo Bolivariano de Venezuela (se manifiestan a favor de los campesinos y del MOCASE), peronistas Kirchneristas como Hugo Yasky de la CTA y el Frente para la Victoria de Carlos Benítez, un peronista que responde al kichnerismo de Diego Kravetz y algunos diputados nacionales como Miguel Bonasso relacionado con el canal venezolano Telesur.
También trabajan a favor de Lugo intelectuales dependientes de las dádivas de Venezuela como Emir Sader y Nestor Kohan, un periodista dedicado a temas del Medio Oriente que suele firmar artículos sobre Ciudad del Este sin haber viajado jamás a la triple frontera, ambos como tantos otros, probablemente buscando ampliar influencias en el Foro de Porto Alegre.
SUMARIO DE MENTIRAS
Sin pretender emitir un juicio inapelable sobre la culpabilidad de los acusados por el secuestro, si algo podemos sacar en claro es que la manía de inventar mentiras que no pueden sostener por mucho tiempo se ha vuelto una costumbre en algunos referentes de la Alianza Patriótica para el cambio, el abigarrado conglomerado de oportunistas y mentirosos que impulsaron a la presidencia a Fernando Lugo.
Primero fue el engaño de presentarse como socialistas del siglo XXI de la línea de Chávez, Morales y Castro, financiados con fondos de USAID proveídos por James Cason, luego teólogos de la liberación abrazados con agentes del fondo monetario internacional como Dionisio Borda, para acabar negando tres veces hasta a la propia madre antes que cante el gallo.
Luego fue el turno de referentes del PMas y Tekojoja, que calificaron a la detenida por secuestro Carmen Villalba de enajenada mental y vendida al oficialismo colorado, por un discurso sencillamente acorde a la izquierda latinoamericana cuya acción se vio muchas veces compelida por las circunstancias a desbordar el legalismo y el sistema para quebrar el status quo, como en Nicaragua o Cuba.
Ahora pretenden negar su relación con el EPP, al que aceptan como responsable del secuestro de Fidel Zavala, aunque exista profuso material fotográfico que los muestra juntos y sonrientes.
Elocuentes muestras todas estas, de solidaridad de compañeros de causa en la “lucha” revolucionaria que corresponde ciertamente con el individualismo capitalista de quienes contaron para alcanzar el poder con el favor de la prensa adicta a la embajada norteamericana y el apoyo de los dólares Washington para su lucha contra el imperialismo, como nuestros conocidos demonios del Obispo.
Precisamente la prensa a la que hoy, desagradecidos, pretenden acusar de mentir.
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