El auge de las tecnologías digitales en todos los ámbitos de la vida, desde el ocio hasta el trabajo, ha incrementado mucho el tiempo que interactuamos con pantallas. Este cambio en nuestros hábitos visuales tiene impacto en la salud ocular, dando lugar a una serie de síntomas directamente relacionados con el uso prolongado de dispositivos digitales.
El jefe de servicio de Oftalmología de Quirónsalud Vitoria explica que el síndrome del ojo seco se ve agravada significativamente por la exposición prolongada a pantallas. La evidencia científica lo confirma, “pasar demasiado tiempo frente a dispositivos digitales incrementa la probabilidad de sufrir síntomas como picazón, ardor, sensación de arenilla o cuerpo extraño, fatiga visual, enrojecimiento, dificultad para abrir los ojos al despertar y sensibilidad a la luz” subraya el especialista.
El ojo seco, un trastorno crónico que afecta a casi un tercio de la población, exige un diagnóstico y tratamiento individualizados. La complejidad de esta condición “radica en su naturaleza multifactorial, presentando diversos tipos y severidades que requieren estrategias terapéuticas personalizadas para optimizar los resultados en cada paciente” puntualiza el oftalmólogo. Desde el centro vitoriano señalan que el tratamiento tiene 2 objetivos; “por un lado evitar y curar las posibles lesiones de la superficie del ojo causadas por la sequedad y, además, paliar los síntomas del paciente con ojo seco”.
Existen dos tipos de ojo seco, el hiposecretor y el evaporativo. “El hiposecretor es debido a una menor producción de lágrima; y el evaporativo se debe a una alteración de la función de las glándulas de Meibomio”, estas glándulas se encuentran en el párpado y son productoras de grasa, cuando no segregan dicha grasa provocan una evaporación de las lágrimas en el ojo que da lugar a la patología.
Para el tratamiento del ojo seco evaporativo explica el doctor Pío García Gómez, “contamos con dos alternativas terapéuticas que son efectivas, para desobstruir las glándulas de Meibomio empleamos una máscara que aplica un calentamiento controlado y agradable en los párpados, acompañado de un masaje automático. También aplicamos la tecnología de luz pulsada (IPL) “para mejorar la circulación sanguínea en los párpados, estimulando las glándulas de Meibomio y reduciendo la necesidad de uso de colirios”, explica el oftalmólogo de Quirónsalud Vitoria.
En ambos casos los beneficios son múltiples, desde la mejora de la circulación local, la reducción de la inflamación hasta la activación de la síntesis de colágeno para la regeneración de los tejidos oculares.
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