El viernes 31, la primera presidenta que haya tenido el país de los incas cumplió 61 años, la misma edad que tienen las que han sido las 2 principales contendientes para la presidencia del país azteca. Ha arrasado Claudia Sheinbaum, de la coalición centroizquierdista oficialista, la cual ha obtenido entre 58,3% y 60,7% de los votos. Xóchitl Gálvez, de la alianza de los 3 partidos tradicionales (PRI, PAN y PRD) que habían administrado a México antes de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), obtuvo menos de la mitad de esa votación (26,6% al 28,6%).
Clara Brugada, otra mujer que cumple 61 años, es la nueva jefa del gobierno capitalino. Ella representa al movimiento de AMLO y Sheinbaum (quienes antes la precedieron en tal cargo). AMLO concibe que han dado resultados sus planteos de poner a los pobres primero y hacer la gran transformación, así como inyectar más dinero público a las petroleras y empresas estatales. El oficialismo tendría mayoría en senadores y diputados, pero si llega a los 2/3 de ambas cámaras pudiese hacer un "supergobierno" con grandes poderes.
Estos resultados influirán al crecimiento de la centroizquierda en el hemisferio, va a consolidar a la Comunidad de Estado de Latinoamérica y el Caribe, y daraa un aliciente a las fuerzas peruanas que se opusieron al golpe contra Pedro Castillo (cuya familia está refugiada en México).
Se puede ver un contraste entre Sheinbaum y Brugada con respecto a su coetánea Dina Boluarte, quien llegó a la plancha presidencial y a ser electa sin haber tenido ningún puesto electo previo y de casualidad. En vez de haber trabajado con Castillo y las izquierdas para haber hecho una amplia coalición de cambio social, ella se unió a la derecha para derrocar a su presidente y terminar gobernando con Keiko. Al final, Dina no ha sido ni una Sheinbaum y tampoco una Gálvez. Mientras esas dos son las mujeres más votadas que hayan tenido la derecha y la izquierda hispanoamericanas, Dina detenta la única presidencia occidental con 5% de aprobación y puede acabar en prisión.
Las izquierdas peruanas no siguieron la senda unitaria de México, Colombia, Chile o Brasil. La división y el que muchos hayan preferido pactar con el fujimorismo, la ha llevado cerca del abismo.
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