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Etiquetas | Entrevista | Emilio Moya | Escritor | Novela | thriller
Entrevista al autor de la novela, un relato tragicómico, satírico, descarnado por momentos, envuelto en un ritmo y una tensión propia del género de suspense

«La duda» de Emilio Moya, un thriller poco ortodoxo

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Una mujer misteriosa y unas, en apariencia, inocentes notas despiertan en Lorenzo una inquietud perdida por una vida plana y sin motivaciones, más allá del simple paso de los días.


Esto es lo que comienza planteando La duda de Emilio Moya, un relato tragicómico, satírico, descarnado por momentos, envuelto en un ritmo y una tensión propia de un thriller, provocando en el lector risas, tristeza, continuos sobresaltos y reflexiones. Todo ello, envuelto en un género poco ortodoxo.


Foto Emilio Moya Rodríguez


1– Emilio, La duda es una novela cuyo núcleo central son sus personajes. ¿Cómo se construye un personaje que eclipse a la mismísima trama?

Una buena trama es esencial, genera tensión, suspense… El escenario en el que se desenvuelven los actores es fundamental, te sumerge en la novela, pero son los personajes los que provocan verdaderos sentimientos de alegría, de tristeza, de compasión, de odio… De ahí mi intención de dotar a los personajes de una presencia y personalidad tan fuerte que marquen e impregnen al lector, que los sientan muy cercanos, tanto, que palpen como propias las situaciones que los personajes viven. En definitiva, que empaticen con ellos de tal manera que se emocionen con todo lo que le sucede a lo largo de la trama.


2– Uno de ellos, Lorenzo, siente cierta inquietud ante la posibilidad de estar viviendo una vida plana y sin motivaciones… ¿Podrías hablarnos sobre esto?

Lorenzo es el protagonista principal, su vida se ha convertido en algo plano debido a su desdichado pasado. Es una persona depresiva y huye de emociones que le puedan provocar recaídas. Desea vivir así, de manera anodina, para él, el futuro no va más allá de un instante posterior al presente. Ignacio, un ser peculiar, aparece en su vida y ambos entablan una amistad en la que se sienten cómodos. De alguna manera se complementan formando un tándem tragicómico. Por suerte o para desgracia de Lorenzo (el lector decidirá), unas misteriosas notas y una mujer desconocida que le evoca reminiscencias del pasado, hacen que se vaya introduciendo en una trama vertiginosa.


3– La rutina: ¿trampa o posibilidad?

Para personas como Lorenzo, la rutina es un refugio, un estado en el que se siente más seguro, no quiere recaídas, solo sobrevivir, que para él no es poco. Esa vida anodina le aporta cierto sosiego, pero a la vez le priva de explorar emociones que lo pueden sacar de ese estado de dejadez. Él es consciente de ello, de que su vida es insustancial pero prefiere seguir así antes que arriesgarse a empeorarla. Para dejar ese estado necesita una motivación, algo que lo empuje a dar el paso; unas notas en un papel y la imagen de una mujer consiguen brindarle ese aliciente, que él con su característica inseguridad acepta.


4– El tono de la novela dices que es tragicómico. Explícame un poquito esto también…

El comienzo, sin duda, lo es. Es muy importante generar ese ambiente tragicómico para que el lector llegue a conocer en profundidad y empatizar con Lorenzo e Ignacio. Porque su vida es una tragedia, una desdicha con situaciones cómicas, sobre todo las que aporta Ignacio. Lo que para el lector que esté leyendo esta entrevista pueda parecer ficción, personas como las que protagonizan la novela existen, y no muy lejos de nosotros, de hecho, Lorenzo e Ignacio son dos personajes de ficción, pero generados por miles de imágenes, situaciones y personas reales que he podido observar a lo largo de mi vida. Poseen tanta ficción como realidad. De ahí que la novela en su inicio sea tragicómica, para describir de la manera más fehaciente sus vidas. Después, su tediosa vida va a ir cambiando al mismo tiempo que el estilo literario de la novela. A medida que se van adentrando en la trama, sus vidas van cobrando velocidad y la narración también, hasta llegar al thriller, el más propicio para contar lo que están viviendo. Si el lector comprueba, ellos son los verdaderos protagonistas de todo, marcan hasta el género literario.


5– Y las emociones juegan un papel fundamental, como en la vida misma. ¿Cuál dirías que es la emoción que más sobresale en la novela?

En mi opinión es uno de los potenciales del libro: provoca emociones, no va a dejar indiferente a nadie. Las va a percibir de muy distinto tipo, como la vida misma. El lector podrá sentir emoción, intriga…, propios del thriller, pero también tristeza, alegría, compasión, odio…, provocadas en gran parte por la profundidad de los personajes y por acontecimientos que suceden, algunos seguro que no del agrado del lector. Como la vida misma. Es, sin duda, una novela llena de emociones que va adquiriendo poco a poco el ritmo de thriller para culminar en un final inesperado y cargado de emociones contrapuestas.


6– También hemos hablado de que La duda es un thriller peculiar, tiene otra vuelta de tuerca. Ahora bien, centrándonos solo en la etiqueta thriller. ¿Cuáles son las características que tienen que estar sí o sí en una obra para poder catalogarla como tal?

En la vida plana de Lorenzo aparecen unas misteriosas notas y una mujer que evoca su pasado. Sin buscarlo, se verá envuelto en la resolución de enigmáticas interrogantes, provocando un cambio en su vida. Ese giro también se va a ver reflejado en el estilo narrativo. Al entrar los protagonistas en un mundo de acción, de intriga, de suspense, de misterio, la novela adquiere el género más propicio para narrarlo: el thriller, sin abandonar del todo pinceladas del estilo tragicómico reinante al comienzo del libro. El lector comprobará como la novela va adquiriendo la velocidad y las características, antes mencionadas, propias del thriller, hasta acabar en un final inesperado, también característico de este género. En ese progresivo giro de estilo literario, lo que intento reflejar es un cambio de vida, el que sufren los protagonistas, porque si nos dispusiéramos a describir de manera pormenorizada y coherente nuestra línea vital, deberíamos utilizar distintos estilos literarios.


7– Por último, ¿qué problemas de actualidad vamos a afrontar en esta obra?

Aparte de lo expresado en preguntas anteriores uno de los motivos por los que insisto en que La duda es algo más que un thriller, es por la manera de tratar esos problemas de actualidad. La vida desdichada de algunas personas, la falta de lealtad en la sociedad actual, el valor de la amistad, el respeto a grupos minoritarios, son temas sobre los que el lector podrá reflexionar por invitación de la propia lectura, y sobre todo hay dos temas que me gustaría destacar: uno que no puedo revelar aquí porque parte de la trama quedaría al descubierto y el otro es la depresión. Lorenzo no es un héroe, ni un genio, ni un superagente. Es una persona más de la sociedad, empujada a la depresión y que ve en la resolución de unas misteriosas notas una pequeña grieta por la que escapar de su anodina y desdichada vida. A lo largo de la novela, el lector comprobará como Lorenzo va luchando contra sí mismo, deseará salir, pero las garras de la depresión son tenaces. 

«La duda» de Emilio Moya, un thriller poco ortodoxo

Entrevista al autor de la novela, un relato tragicómico, satírico, descarnado por momentos, envuelto en un ritmo y una tensión propia del género de suspense
Eva Fraile Rodríguez
sábado, 29 de junio de 2024, 11:02 h (CET)

Una mujer misteriosa y unas, en apariencia, inocentes notas despiertan en Lorenzo una inquietud perdida por una vida plana y sin motivaciones, más allá del simple paso de los días.


Esto es lo que comienza planteando La duda de Emilio Moya, un relato tragicómico, satírico, descarnado por momentos, envuelto en un ritmo y una tensión propia de un thriller, provocando en el lector risas, tristeza, continuos sobresaltos y reflexiones. Todo ello, envuelto en un género poco ortodoxo.


Foto Emilio Moya Rodríguez


1– Emilio, La duda es una novela cuyo núcleo central son sus personajes. ¿Cómo se construye un personaje que eclipse a la mismísima trama?

Una buena trama es esencial, genera tensión, suspense… El escenario en el que se desenvuelven los actores es fundamental, te sumerge en la novela, pero son los personajes los que provocan verdaderos sentimientos de alegría, de tristeza, de compasión, de odio… De ahí mi intención de dotar a los personajes de una presencia y personalidad tan fuerte que marquen e impregnen al lector, que los sientan muy cercanos, tanto, que palpen como propias las situaciones que los personajes viven. En definitiva, que empaticen con ellos de tal manera que se emocionen con todo lo que le sucede a lo largo de la trama.


2– Uno de ellos, Lorenzo, siente cierta inquietud ante la posibilidad de estar viviendo una vida plana y sin motivaciones… ¿Podrías hablarnos sobre esto?

Lorenzo es el protagonista principal, su vida se ha convertido en algo plano debido a su desdichado pasado. Es una persona depresiva y huye de emociones que le puedan provocar recaídas. Desea vivir así, de manera anodina, para él, el futuro no va más allá de un instante posterior al presente. Ignacio, un ser peculiar, aparece en su vida y ambos entablan una amistad en la que se sienten cómodos. De alguna manera se complementan formando un tándem tragicómico. Por suerte o para desgracia de Lorenzo (el lector decidirá), unas misteriosas notas y una mujer desconocida que le evoca reminiscencias del pasado, hacen que se vaya introduciendo en una trama vertiginosa.


3– La rutina: ¿trampa o posibilidad?

Para personas como Lorenzo, la rutina es un refugio, un estado en el que se siente más seguro, no quiere recaídas, solo sobrevivir, que para él no es poco. Esa vida anodina le aporta cierto sosiego, pero a la vez le priva de explorar emociones que lo pueden sacar de ese estado de dejadez. Él es consciente de ello, de que su vida es insustancial pero prefiere seguir así antes que arriesgarse a empeorarla. Para dejar ese estado necesita una motivación, algo que lo empuje a dar el paso; unas notas en un papel y la imagen de una mujer consiguen brindarle ese aliciente, que él con su característica inseguridad acepta.


4– El tono de la novela dices que es tragicómico. Explícame un poquito esto también…

El comienzo, sin duda, lo es. Es muy importante generar ese ambiente tragicómico para que el lector llegue a conocer en profundidad y empatizar con Lorenzo e Ignacio. Porque su vida es una tragedia, una desdicha con situaciones cómicas, sobre todo las que aporta Ignacio. Lo que para el lector que esté leyendo esta entrevista pueda parecer ficción, personas como las que protagonizan la novela existen, y no muy lejos de nosotros, de hecho, Lorenzo e Ignacio son dos personajes de ficción, pero generados por miles de imágenes, situaciones y personas reales que he podido observar a lo largo de mi vida. Poseen tanta ficción como realidad. De ahí que la novela en su inicio sea tragicómica, para describir de la manera más fehaciente sus vidas. Después, su tediosa vida va a ir cambiando al mismo tiempo que el estilo literario de la novela. A medida que se van adentrando en la trama, sus vidas van cobrando velocidad y la narración también, hasta llegar al thriller, el más propicio para contar lo que están viviendo. Si el lector comprueba, ellos son los verdaderos protagonistas de todo, marcan hasta el género literario.


5– Y las emociones juegan un papel fundamental, como en la vida misma. ¿Cuál dirías que es la emoción que más sobresale en la novela?

En mi opinión es uno de los potenciales del libro: provoca emociones, no va a dejar indiferente a nadie. Las va a percibir de muy distinto tipo, como la vida misma. El lector podrá sentir emoción, intriga…, propios del thriller, pero también tristeza, alegría, compasión, odio…, provocadas en gran parte por la profundidad de los personajes y por acontecimientos que suceden, algunos seguro que no del agrado del lector. Como la vida misma. Es, sin duda, una novela llena de emociones que va adquiriendo poco a poco el ritmo de thriller para culminar en un final inesperado y cargado de emociones contrapuestas.


6– También hemos hablado de que La duda es un thriller peculiar, tiene otra vuelta de tuerca. Ahora bien, centrándonos solo en la etiqueta thriller. ¿Cuáles son las características que tienen que estar sí o sí en una obra para poder catalogarla como tal?

En la vida plana de Lorenzo aparecen unas misteriosas notas y una mujer que evoca su pasado. Sin buscarlo, se verá envuelto en la resolución de enigmáticas interrogantes, provocando un cambio en su vida. Ese giro también se va a ver reflejado en el estilo narrativo. Al entrar los protagonistas en un mundo de acción, de intriga, de suspense, de misterio, la novela adquiere el género más propicio para narrarlo: el thriller, sin abandonar del todo pinceladas del estilo tragicómico reinante al comienzo del libro. El lector comprobará como la novela va adquiriendo la velocidad y las características, antes mencionadas, propias del thriller, hasta acabar en un final inesperado, también característico de este género. En ese progresivo giro de estilo literario, lo que intento reflejar es un cambio de vida, el que sufren los protagonistas, porque si nos dispusiéramos a describir de manera pormenorizada y coherente nuestra línea vital, deberíamos utilizar distintos estilos literarios.


7– Por último, ¿qué problemas de actualidad vamos a afrontar en esta obra?

Aparte de lo expresado en preguntas anteriores uno de los motivos por los que insisto en que La duda es algo más que un thriller, es por la manera de tratar esos problemas de actualidad. La vida desdichada de algunas personas, la falta de lealtad en la sociedad actual, el valor de la amistad, el respeto a grupos minoritarios, son temas sobre los que el lector podrá reflexionar por invitación de la propia lectura, y sobre todo hay dos temas que me gustaría destacar: uno que no puedo revelar aquí porque parte de la trama quedaría al descubierto y el otro es la depresión. Lorenzo no es un héroe, ni un genio, ni un superagente. Es una persona más de la sociedad, empujada a la depresión y que ve en la resolución de unas misteriosas notas una pequeña grieta por la que escapar de su anodina y desdichada vida. A lo largo de la novela, el lector comprobará como Lorenzo va luchando contra sí mismo, deseará salir, pero las garras de la depresión son tenaces. 

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