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Es el egoísmo el que va debilitando y destruyendo los lazos familiares

Diversidad de familias

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En la actualidad, nos encontramos en una sociedad donde el individualismo prevalece, las personas se centran en sus proyectos personales, en la superación del “yo” y en anteponer sus propias necesidades a la de los demás. Esto ha afectado profundamente a la dinámica familiar y desarrollo personal.


Las familias modernas pueden estar compuestas por distintos tipos, son diversas y distintas, donde también las responsabilidades económicas ya no recaen exclusivamente en el hombre, ya que las mujeres participan activamente en el ámbito laboral y en muchos casos asumen roles de liderazgo en el núcleo familiar, algo que ha hecho ceder terreno al patriarcado de antes y tanto hombres como mujeres, comparten tareas de crianza y mantenimiento del hogar, al mismo tiempo las practicas machistas están siendo cuestionadas y reemplazadas por una mayor igualdad de género, aunque aún queda mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad, como mínimo a nivel de salarios.


De todos modos, también sigue existiendo la familia tal y como se veía en el siglo pasado, pero con ligeros matices y un detonante en este tipo de familias, “el egoísmo”, que puede tener mucho impacto significativo en las relaciones dentro del núcleo familiar, como cuando uno de los miembros o varios tienden a centrarse en sus propios proyectos y deseos, para llevar a su terreno todo lo más posible, dejando a otros de la familia sin nada, sin considerar los sentimientos, las necesidades o la propia pertenencia de la otra parte, porque el egoísmo puede generar una competencia constante, un abuso, falta de respeto e incluso odio, que llega a crear tensiones y verdaderos conflictos.


El miembro de una familia que es egoísta, suele evitar realizar tareas o responsabilidades familiares, dejando que otro miembro tenga que asumir una carga desproporcionada, todo esto va deteriorando la armonía y toda relación de familia, porque la generosidad y el apoyo mutuo son pilares fundamentales, es el propio egoísmo quien va debilitando y destruyendo los lazos familiares.


Las personas egoístas, además de no tener ninguna empatía, no saben mantener una conversación abierta y sincera, saber escuchar de las dos partes, se conforman con la historia que alguien les ha contado, ni se molestan en contrastar la verdad, solo les interesa el único fin que les motiva a llevarse la mejor porción de la tarta y si es todo mucho mejor, aprovechando la debilidad en ese momento de la otra persona, porque en ningún caso se paran a pensar en la otra parte, sus circunstancias, sus necesidades, nada les importa en absoluto, sea verdad o mentira, ellos van a cumplir con su plan, es en lo único que se centran, y si en algún momento se ven descubiertos, es entonces cuando van de victimas y se construyen su propia película, de modo y manera que su versión sea la más creíble, al mismo tiempo, si pueden conseguir que a la otra parte se la considere que esta loca o mal de la cabeza, mucho mejor, ya tienen el camino bien cubierto.


El egoísmo es el cáncer más letal y principal que destruye una familia.

Diversidad de familias

Es el egoísmo el que va debilitando y destruyendo los lazos familiares
Conchi Basilio
jueves, 4 de julio de 2024, 11:13 h (CET)

En la actualidad, nos encontramos en una sociedad donde el individualismo prevalece, las personas se centran en sus proyectos personales, en la superación del “yo” y en anteponer sus propias necesidades a la de los demás. Esto ha afectado profundamente a la dinámica familiar y desarrollo personal.


Las familias modernas pueden estar compuestas por distintos tipos, son diversas y distintas, donde también las responsabilidades económicas ya no recaen exclusivamente en el hombre, ya que las mujeres participan activamente en el ámbito laboral y en muchos casos asumen roles de liderazgo en el núcleo familiar, algo que ha hecho ceder terreno al patriarcado de antes y tanto hombres como mujeres, comparten tareas de crianza y mantenimiento del hogar, al mismo tiempo las practicas machistas están siendo cuestionadas y reemplazadas por una mayor igualdad de género, aunque aún queda mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad, como mínimo a nivel de salarios.


De todos modos, también sigue existiendo la familia tal y como se veía en el siglo pasado, pero con ligeros matices y un detonante en este tipo de familias, “el egoísmo”, que puede tener mucho impacto significativo en las relaciones dentro del núcleo familiar, como cuando uno de los miembros o varios tienden a centrarse en sus propios proyectos y deseos, para llevar a su terreno todo lo más posible, dejando a otros de la familia sin nada, sin considerar los sentimientos, las necesidades o la propia pertenencia de la otra parte, porque el egoísmo puede generar una competencia constante, un abuso, falta de respeto e incluso odio, que llega a crear tensiones y verdaderos conflictos.


El miembro de una familia que es egoísta, suele evitar realizar tareas o responsabilidades familiares, dejando que otro miembro tenga que asumir una carga desproporcionada, todo esto va deteriorando la armonía y toda relación de familia, porque la generosidad y el apoyo mutuo son pilares fundamentales, es el propio egoísmo quien va debilitando y destruyendo los lazos familiares.


Las personas egoístas, además de no tener ninguna empatía, no saben mantener una conversación abierta y sincera, saber escuchar de las dos partes, se conforman con la historia que alguien les ha contado, ni se molestan en contrastar la verdad, solo les interesa el único fin que les motiva a llevarse la mejor porción de la tarta y si es todo mucho mejor, aprovechando la debilidad en ese momento de la otra persona, porque en ningún caso se paran a pensar en la otra parte, sus circunstancias, sus necesidades, nada les importa en absoluto, sea verdad o mentira, ellos van a cumplir con su plan, es en lo único que se centran, y si en algún momento se ven descubiertos, es entonces cuando van de victimas y se construyen su propia película, de modo y manera que su versión sea la más creíble, al mismo tiempo, si pueden conseguir que a la otra parte se la considere que esta loca o mal de la cabeza, mucho mejor, ya tienen el camino bien cubierto.


El egoísmo es el cáncer más letal y principal que destruye una familia.

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