El campo español, sus habitantes, sus tradiciones, su estilo de vida y su economía están en el punto de mira del llamado progresismo de izquierdas, y están en el punto de mira para ir degradándolo y poco a poco ir eliminándolo. La falta de infraestructuras, de servicios básicos, de posibilidades de empleo, y el abandono del poder sobre el tema del agua, han convertido nuestro país en una España vaciada.
La España rural necesita medidas que garanticen la subsistencia y el crecimiento de un modo de vida que es necesario históricamente para nuestra nación. Es de vital importancia defender el mundo rural y sus tradiciones, lo que pasa por la conservación y restauración de los bienes culturales y ecológicos.
Es necesario proteger a aquellos ciudadanos que viven en el mundo rural frente a las imposiciones que nos vienen de fuera, y la razón es que lo externo ataca el modo productivo rural, su forma de vida y las tradiciones.
La repoblación de la España rural es indispensable para garantizar la prosperidad y la vertebración de todas las regiones del país, y de igual modo se ha de impulsar la creación y el crecimiento de empresas en la economía rural, pero deben ser empresas atractivas, viables y rentables.
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