Aquí me detendré un tanto para hablar del último disco del músico Txus Bixquert, una persona tan sensible y buen músico como querido por los artistas que le conocemos, que somos muchos, sobre todo aquí en la Comunidad Valenciana, por donde Txus más se mueve. Y desde hace décadas; es uno de los creativos musicales más tenaces y talentosos que campan por Valencia, como un hipi de su idea, un rockanrolero único, un baladista soberbio.
Quiero hablar del disco de este excepcional músico porque considero que es una hermosa contribución a la música, y viene cuando viene, es decir: cuando lo necesitábamos. Cuando era su tiempo de nacer...
Vamos todos muy deprisa, casi no nos sentamos a hablar, estamos todos más alejados que nunca. Y hacía falta la llegada de un jardinero al pueblo a recordarnos la germinación de las flores y los viejos recuerdos.
“St. Raymond's Town / Beyond Space-Time” es el primer disco doble en solitario de Txus Bixquert. Según me dijo el artista: el álbum se compone de dos discos; el primero contiene 9 canciones, habla de las raíces de Txus Bixquert, habla del barrio, de la familia... está plagado de autenticidad y cercanía, de sentimientos primigenio, con la guitarra de Manuel Murillo apoyando a los demás instrumentos (casi siempre sobresaliendo) en las canciones magistralmente. El segundo disco contiene otras nueve canciones y tiene muchas colaboraciones de artistas musicales, entre ellos José A. Guillen, Sandra Antúnez, Felo Benages, Miguel Roca, Mayte Guillen, Noa Perseidas y el antes nombrado Manuel Murillo... Es psicodelia rock sesentera con mucho sentimiento en canciones que han sido muy especiales para Txus Bixquert.
Procedo a la re-escucha del disco (que ya lo escuché en su momento y me encantó; ahora me detengo y, al azar, voy pinchando los temas, y voy escribiendo lo que siento, a lo Jack Kerouac, a lo Marcel Proust, a lo James Joyce, a lo poético en suma, al fin; espero se me permita la licencia de la reseña-poética de una música, el hacerlo a mi forma; comienzo.
“I'm Alive” parece una canción nupcial, una entonación de lo hermoso, por parte del cantante, que, valiéndose de los instrumentos, ha generado un precioso himno a la preciosa vida.
Una muestra exquisita y palpable de lo que pasa cuando los rockeros más duros (Txus lo es, lo ha sido con su banda The Phantoms Lord, posteriormente: The Phantoms) se ponen dulces y nostálgicos, se ponen románticos, que son los que mejor forjan baladas como esta, “I' m Alive”.
¡Por Dios, qué manera de comenzar que tiene la canción “City Moon”, sin duda, me digo, estamos ante el brillante mejor disco de este autor (que tiene una larguísima carrera musical), su ópera de vida, concretada en este disco. Qué buen hacer con el rock, con los sentimientos hechos música, y qué preciosa la voz de Txus, siempre lo he dicho. Uno puede escuchar una canción suya y desde el principio ya sabe que se trata de él, eso no se puede decir de muchos. Es una gran cosa, la identidad en la música. La música, nuestra música, ese bálsamo que necesitamos todos los días para recordar quiénes somos, hoy en día tan vapuleada y silenciada con la masificación en la televisión de propuestas de cantantes y grupos mediocres, más allá de lo mediocre, malísimos: música comestible de usar y tirar.
Y artistazos como este, miles como él, van buscándose la vida como pueden, porque en el gran escenario (que hoy es la televisión) tienen las puertas cerradas; y no digamos en los grandes estadios, donde el poder se pelea por colocar a sus “elegidos”, muchachos que imitan a Melendi y/o a raperos, habiéndose disuelto esos géneros en una papilla para niños mentales; no aburriré más con esto, es tema bien conocido y que nos preocupa a todos; en la literatura ocurre algo parecido. Pero no nos achanta, nos hace más fuertes. Como dijo aquel luchador de los 300 en la película de igual nombre, cuando sonreía al ver cuán inmenso en número de soldados era el ejército enemigo y otro de su lado le pregunta por qué ríe, él responde porque por fin tiene ante sí una batalla lo suficientemente importante que valga la pena ser librada, por la que valga la pena morir (cito de memoria).
Por todo esto es una alegría encontrarse, reencontrarse, con la música, la de verdad, la que genera himnos de la lucha del corazón; me siento afortunado de haber hallado la joya de este álbum doble diverso y tremendo del bueno de Txus Bixquert.
“Death is a Good Scape” es una alegre (y lúgubre, así la siento) canción llena de “rollo”, recuerda a la suntuosidad y oscuridad de los Judas Priest cuando se ponían melosos, pero seguían siendo duros, cuando en canciones “intermedias” de un disco, decían más que en las otras, esta es una canción “trampa”, cuidado, porque es como una gran mujer bailando en el cielo, que baila cuando dormimos y estamos casi despertando y la vemos marcharse girando, y sólo contemplamos un poco de su fiesta.
“Don't you Cry”, qué acierto ha tenido Txus al invitar a tantos artistas para que colaboren con él en su disco, aquí, en esta canción, creo escuchar la guitarra de Manuel Murillo, en el inicio, rompiente, y en todo, haciéndole la melodía, de fondo teclados tétricos, tristes, un cambio en la música, un viraje, el cantante sobrevuela los instrumentos como un ave, luego llega el estribillo lleno de voces emocionadas y emocionantes, las voces de mujer en las canciones de rock son lo mejor, más en esta, que parece un espiritual. Qué bonito paso el de la batería, como un animal, los pies de un caballo, al paso de la batería las guitarras son el sonido de sus crines... (Esta canción, en su final, tan intensa, me recuerda a muchas de las que componen la banda sonora de Son of the Anarchy, canciones que quiero en mi vida).
“Gypsy Girl” es uno de los temas más conocidos de Txus, y aquí sale, con su comienzo de arreglos florales nuevamente en las crines de los caballos gigantes, y su paso, comienzan a andar con la canción, con sus grupas por arriba de las nubes. La voz de Txus viene de muy arriba, es un santo pensando desde el Parnaso en todos nosotros. Los santos de la música sufren, pero se preocupan más por nosotros, por nuestros sufrimientos, ellos creen que su cetro de materia celeste les obliga a ello: de no ser así no tendríamos sus canciones. De nuevo el estribillo, aquí en Gypsy Girl” nos trae la elegancia innata de este Txus que, en este disco, sin duda, se ha coronado como gran cantante de baladas, como uno de los mejores cantantes y compositores que tenemos por aquí, sin duda.
“For you”, no sé por qué, me imagino un paisaje de nieve, y allí, Txus y los músicos, perdidos, perdidos entre montañas blancas. Él, quien canta, por enésima vez nos anima a seguirle, para conseguir la aurora, y nosotros, escuchándole, lo hacemos. La canción da un giro (estas canciones están llenas de giros maravillosos), vuelvo a decir que me recuerda en fondo a los Judas Priest, sin tener nada que ver con ellos. Quien conozca a los Judas y a Txus me entenderá, hay grandeza, hay voz que te remueve y te conmueve, hay una belleza inmensa presentada en una canción, que casi siempre es letanía en este álbum, pero porque es música-poesía.
En “Vamps” sentimos el gran peso de la tradición, hay folclore, hay contemporaneidad, hay experimentación, hay un poco de todo de lo que los que hemos escuchado toda la vida rock y heavy, y punk, conocemos, pero renovado hacia otro lugar, Txus es hijo de todo lo nombrado, pero él es él, como un oso blanco es un oso blanco, aunque su madre sea la Antártida, el oso se mueve y piensa como oso, no como la montaña de la que viene... pero la montaña lo trajo grande, y lo sigue haciendo grande, al oso; “Vamps” es como una danza celestial invernal donde dos que van a morir bailan por última vez, y se miran los pies mientras bailan, para tan arriba no pisar ningún pájaro en vuelo. Oigo en el tema voces espectrales y luego otras líricas, todo muy bien empastado. ¿Es una canción vampírica? Creo que sí, pero lo vampírico, como tema, es muy amplio... La voz lírica femenina es soberbia. Me retrotrae a mi primera lectura de Drácula. Oh! La canción termina con el tañido de una campana. ¡Perfecto!
“Christine”, muy Kiss, al mismo tiempo, muy Txus Bixquert. Una canción bailable (bailable con la mente; al menos yo, que no bailo, porque me considero un tipo duro, y lo soy, contra el mundo, que nos quiere tumbar a todos, disculpen mi síndrome de Hércules). Se engalana con más instrumentos la canción en la segunda llegada del estribillo, un paseo ecuestre y alto de individuos por un valle en primavera, eso es “Christine”, trenzado el aire con un solo, en su final, que hace subir los árboles más altos durante unos pocos segundos, en una visión surrealista con un “menos es más”.
Seguimos escuchando interesantes y muy curradas canciones y nos topamos con “Caroline”, cuyo comienzo es ceremonial, precioso, inspirado. Txus canta como un pájaro, es un ave, ya lo dije, sin duda lo es. Desde los árboles canta recordando. Yo los oigo, en mi casa de campo, a veces vienen en la mañana, otras se les oye al mediodía, se hacen oír desde muy alto. Quieren que el mundo sepa algo, ¿algunas vez lo entenderemos, lo que nos dicen? Yo alguna vez creo estar cerca, pero me da miedo. Creo que cuando entendamos realmente lo que el ave dice, quizá moriremos: es una realidad demasiado dura para nosotros, que todo lo tratamos con la llamada razón, y los músicos son sangre y pecho de ramajes de ola y delfines, no tienen miedo a descoyuntarse con el salto al vuelo, saltan por la ventana del edificio, se adentrarán en las iglesias, en los velatorios, en los mercados con gente hablando, ellos callados, los músicos van todo lo alto que puede ir una bandada de pájaros, que también son las estrellas, los pájaros, en la noche. Todo lo anterior lo he escrito mientras escuchaba la excelsa “Caroline”, con un cierre de canción correcto, se cierra la puerta que se abrió con su inicio.
Y llego a “In Your Arms”, fantasmagórica y terrestre a un tiempo. Se toca en un poblado vacío. Eso pienso mientras la escucho; distinta a la canción “My Only Love”, que se toca y canta desde el centro de un cementerio, acostado Txus boca arriba cantando al cielo, y los músicos igual. Es, así -creen- como acapararán las voces y anhelos de los que ya no están entre nosotros. Como un oleaje, cantante y músicos sienten la tierra de los muertos en su espalda, y, así, nos traen buenas nuevas de gente que llevamos tiempo sin ver, de amigos, familiares, porque la segunda parte de la canción es un andar de muchos, contentos, volviendo al “Town”, aquel entorno que tanto amaste, aquel que lo sabía todo de ti, tantos, tantas, que vuelven... Que a veces, también, multitudes son -conforman- una persona solo. Siempre hay una persona que se adelanta de entre todos los que conocemos y nos llega más cerca, a nuestro punto más frágil, y allí dice lo secreto, lo correcto: nos conoce mejor que nadie.
Por temor a hacer demasiado largo este relato de las canciones del último álbum musical de Txus Bixquert dejo aquí la crónica.
Lo que culmino como resumen ya podrá el lector imaginarlo: estamos ante el álbum diamante de un autor que supera con mucho a la mayoría de sus contemporáneos.
Además, mete las manos en la tierra, como Miguel Hernández y otros poetas de su tiempo y que reconvertían su tiempo. Él pasa de cosas de países y todo eso, son constructos inventados. Él cree en su pueblo. Como en la serie “The Walking Dead”, donde por grupos la gente se va defendiendo, y esos grupos son la familia. El pueblo de San Ramón para Txus es mucho. Y hoy, alguien que ponga tan por delante “a su pueblo” creo que merece una atención especial, porque es un rematado romántico, pero no sólo eso: que está en la verdad, se opone a la globalización, que nos hace invisibles entre tanto cachivache e invención, que nos aleja de nuestro yo inventándose que somos iguales (cuando somos tan distintos, y eso es bueno, la diversidad). Allí planea Txus, en San Ramón..., diciendo Hola sin parar, a gente que conoce, que quiere, al Grupo. Hola. Hasta mañana. Son gente que defiende el concepto de clan, que no excluye, por supuesto; es todo lo contrario: lo que no permiten es que los moldeen; canta Txus y en sus canciones va la vida y obra de un tipo que desde muy joven se echó a andar por la música siendo fiel a ideales universales que no morirán: la amistad, la familia, la identidad de individuo, que es única, y el pulso constante por ser la mejor versión de uno mismo, no contra nadie. Gracias, Txus, por tanto!
LAS CANCIONES DEL DISCO DOBLE, POR ORDEN DE APARICIÓN, SON:
CARA A (Disco 1) / "St. Raymond´s Town"
01- I´M ALIVE
02- CITY MOON
03- DEATH IS A GOOD SCAPE
04- DON´T YOU CRY
05- GYPSY GIRL
06- FOR YOU
07- MY GIRL
08- GYPSY EYES
09- VAMPS
CARA B (Disco 2) / "Beyond Space-Time"
10- PHANTOM LOVE
11- CHRISTINE
12- I´LL TRY
13- CAROLINE
14- I CAN´T SLEEP AT NIGHT
15- IN YOUR ARMS
16- MY ONLY LOVE
17- MERMAID GIRL
18- I LOVE YOU, I NEED YOU
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