Elegir el calzado adecuado para ir al gimnasio puede parecer una tarea sencilla, pero en realidad es una decisión crucial que puede afectar tanto a tu rendimiento como a tu salud. En un mercado saturado de opciones, desde zapatillas de última tecnología hasta modelos minimalistas, es fácil sentirse abrumado. Sin embargo, seleccionar el calzado correcto es fundamental para prevenir lesiones y optimizar tu experiencia de entrenamiento. En este artículo, Mario Muñoz, experto en medicina del deporte, en fisiología del ejercicio y en entrenamiento personal y director pedagógico de Fit Generation, ofrece unas pautas básicas para tomar la mejor decisión al elegir unas zapatillas de gimnasio.
Más allá de la amortiguación
Uno de los errores más comunes al elegir calzado deportivo es asumir que una mayor amortiguación equivale a una mejor zapatilla. Mario Muñoz subraya que un exceso de amortiguación puede ser contraproducente. "La virtud se convierte en defecto cuando una zapatilla demasiado amortiguada genera inestabilidad", explica Muñoz. Esto se debe a que una amortiguación no permite el apoyo de toda la planta del pie de manera equitativa. Por tanto, prestar atención a la amortiguación de la zapatilla es clave para elegir el calzado adecuado.
No todo el calzado casual es apto para el deporte
Hoy en día, muchas marcas de ropa lanzan al mercado zapatillas que, aunque estéticamente atractivas y cómodas para el uso diario, no están diseñadas para soportar las exigencias de una rutina de ejercicios. Muñoz advierte que "las zapatillas de paseo o 'casual' (...) no son material diseñado para hacer deporte, por bonito y cómodo que sea". Este tipo de calzado carece de las características técnicas necesarias para proporcionar el soporte y la estabilidad requeridos durante el ejercicio, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones.
La importancia de conocer el tipo de ejercicio
El mercado del calzado deportivo está dominado por las zapatillas para correr, pero no todos los entrenamientos en el gimnasio implican realizar esta clase de actividad. "Deporte no es solamente correr", señala Muñoz. Si tu rutina de gimnasio incluye levantamiento de pesas, entrenamiento funcional o ejercicios de alta intensidad, es posible que las características que hacen de una zapatilla para correr la mejor opción no sean relevantes para ti. Por ejemplo, para el levantamiento de pesas, un calzado con una suela firme y plana es más adecuado que uno con gran amortiguación.
El precio y la calidad no siempre van de la mano
Otro mito común es que el precio de una zapatilla es indicativo de su calidad. Si bien es cierto que algunas características avanzadas pueden aumentar el precio de una zapatilla, Muñoz destaca que "el precio no es directamente proporcional a lo buena o mala que sea una zapatilla". Muchas veces, el costo elevado se debe a tecnologías específicas que solo son necesarias para ciertos deportes o tipos de entrenamiento. Por lo tanto, es importante identificar qué características son realmente necesarias para tu rutina antes de decidir gastar en un modelo de alta gama.
La comodidad: un factor no negociable
Uno de los consejos más importantes que ofrece Muñoz es nunca sacrificar la comodidad por la estética. Una zapatilla que se ajusta bien y se siente cómoda desde el primer momento reducirá el riesgo de rozaduras, ampollas y otras molestias que pueden afectar negativamente tu rendimiento en el gimnasio.
La talla correcta
Es común que las personas elijan zapatillas de una talla más pequeña de lo necesario, pensando que un ajuste más ceñido proporcionará mayor soporte. Sin embargo, Muñoz advierte que "se tiende a comprar una zapatilla de una talla inferior (o incluso dos) a la idónea. Tengamos en cuenta que al hacer ejercicio (especialmente el que incluya desplazamientos, saltos, frenadas, sprints) el pie se desplazará dentro de la zapatilla. Si va muy ajustada nuestros dedos estarán chocando constantemente con la puntera, que el pie esté muy ‘protegido’ al sentir que lo llevamos envuelto o ajustado a la zapatilla no es una decisión correcta". Además, un ajuste demasiado apretado no solo es incómodo, sino que también puede llevar a problemas más serios como uñas encarnadas o dolor en los pies. Por lo tanto, es esencial elegir una talla que permita un ligero movimiento de los dedos dentro de la zapatilla.
El tipo de pisada: un factor decisivo
El tipo de pisada es otro aspecto crucial al elegir calzado deportivo. Según Muñoz, existen tres tipos principales de pisada: pronadora, supinadora y neutra. "La pronación es mucho más habitual que la supinación, pero hay modelos específicos para todos los tipos de pisada", señala. Conocer tu tipo de pisada puede ayudarte a elegir un calzado que ofrezca el soporte adecuado para tus pies, previniendo así problemas como dolor en las rodillas o lesiones en los tobillos. Si no estás seguro de tu tipo de pisada, muchas tiendas especializadas ofrecen estudios sencillos para determinarla.
Calzado minimalista: una opción para usuarios experimentados
El calzado minimalista o "barefoot" ha ganado popularidad en los últimos años. Este tipo de zapatillas busca respetar la forma anatómica del pie, ofreciendo una experiencia de movimiento más natural. Sin embargo, Muñoz advierte que no es recomendable para todos los usuarios, especialmente para aquellos que no están acostumbrados a este tipo de calzado. "Tienen muchas virtudes, pero no es recomendable pasar de todo a nada sin una progresión", explica. El uso de calzado minimalista requiere un período de adaptación, durante el cual los músculos y articulaciones del pie se fortalecen para asumir el trabajo que normalmente haría una zapatilla más estructurada.
Una decisión informada para un mejor rendimiento
La elección del calzado adecuado para el gimnasio es una decisión que no debe tomarse a la ligera. Desde considerar el tipo de amortiguación hasta asegurarse de que la talla sea la correcta, cada detalle cuenta para garantizar comodidad, rendimiento y, sobre todo, seguridad durante el ejercicio.
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