¿Un nombre? Eva. ¿Un amor? Eva... En este mundo hay todo tipo de personas y bien diferentes, y cuando conoces a alguien, o mejor dicho, cuando deseas conocer a alguien, la profundidad de tu ser juega un papel importante, ya que con tu profundidad interior puedes llegar a palpar su profundidad. Con mi mujer, Eva, se llegó a la profundidad del corazón desde el primer instante, desde la primera mirada, desde el primer beso; y así se convirtió en especial, se convirtió en la especialidad inherente de mi alma. ¿Qué es algo inherente? Estar unido de tal manera a alguien, que no se puede separar de ese alguien. Ese alguien es Eva, es su nombre, es su amor. Parece que Eva y yo, por nuestra entrega, complicidad, cariño e inmenso amor, llevemos siglos juntos... ¡Y qué inmenso, qué bonito! La forma de amar, la naturalidad que me transmiten ese nombre (Eva) y ese amor (Eva), reconfortan mi corazón, un corazón que se envuelve en romanticismo, en puro sentimiento y un inmenso cariño. Hace mucho tiempo que en mi corazón había un hueco bastante considerable que estaba vacío, y ese nombre (Eva) y ese amor (Eva) lo ocuparon de una forma ¡tan maravillosa!, ¡tan hermosa! ¿Cómo es Eva? Única, irrepetible, eterna. Así lo expresa y lo siente mi corazón : ¿Un nombre? Eva... ¿Un amor? Eva.
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