Comparto aquí íntegra la reseña que el escritor Guillermo de Jorge publicó en el Diario de Almería del 15 de agosto 2024, para posible uso de críticos literarios, etc., y lectura del público en general, ya que dicha publicación es complicada de hallar en red y poder leerla. Agradezco al escritor y al diario su atención para con mi obra antiespecista.
Guillermo de Jorge ha colaborado en diversos medios de comunicación, destacando sus colaboraciones con el Diario de Sevilla, La Voz de Almería y el Periódico El Mundo. Actualmente, colabora con Onda Cero Almería y Diario de Almería. Ha participado en encuentros literarios con carácter nacional e internacional, destacando su participación en el Festival Internacional de Getafe de Novela Negra, el Encuentro Nacional de las Letras Islas Canarias, Festival de Poesía del Mediterráneo o el Ciclo Internacional de Poesía Ciudad de Valladolid, estando sus textos reunidos en varias antologías poéticas y narrativas. En la actualidad, es redactor del periódico de ámbito nacional, Diario 16; y es colaborador del diario de ámbito internacional, The Huffintong Post.
RESEÑA DE “LA BELLA REVOLUCIÓN” POR GUILLERMO DE JORGE
“Si realizamos un examen profundo sobre la conciencia del ser humano, es decir, si un individuo tiene conciencia y a qué estados superiores de la conciencia puede aspirar, estaríamos de acuerdo que el ser humano, como sujeto político, debe tener. Otra cuestión sería si la ha utilizado o no para aspirar a la mejor versión de sí mismo y, con ello, cambiar o aportar a su entorno un futuro mejor. Pero superado ya el siglo de entre guerras y la muerte de dios, nos queda reflexionar si los animales tienen conciencia o no. Adelanto al lector que el ser humano es un animal y, como tal, nos ofrece la posibilidad de considerar profundamente sobre si el resto de los animales tienen conciencia o no. Desde mi punto de vista personal -estoy convencido de ello- los animales tienen conciencia.
En palabras de Ángel Padilla, autor del libro “La Bella Revolución”, edición definitiva (La Tortuga Búlgara, 2024), asevera que, por lo general, en las novelas y en los libros de poesía, los animales han aparecido codificados, deformados, burlados. No han sido respetados y pocos autores han usado sus ingenios poéticos para hablar de y por esas otras naciones que cohabitan este mundo con nosotros y que solo por la idea (errónea) de que son inferiores, merecen repudio, cerco y mofa.
La Bella Revolución, de Ángel Padilla, es un libro “sin autor” que ha sido edificado a través de una multiplicidad de voces, en su mayoría de animales, vivos y otros muertos. Un canto que [no] busca ser silenciado, a pesar del mutismo que ha reinado sobre una nación de seres vivos que llevan imperando desde el principio de los tiempos en la naturaleza. A pesar de que gracias a su memoria, a su conciencia e incluso a su inteligencia, han sabido legarnos al resto de los animales que circundan la Tierra su más y querido patrimonio: la vida.
La poesía de Ángel Padilla estalla en La Bella Revolución como una tempestad desatada en el pecho de un náufrago, que proclama aciaga la luz y los valles más íntimos de la memoria. Así se van desgranando sus versos, como un clavel degollado entre la noche, con un poeta que canta a la beldad de las pasiones con la que el mundo nos recibe desde sus inicios más primigenios y ancestrales, desde las más profundas galerías del alma, donde el espíritu y la creación no reconoce otro don que no sea la vida misma con la que el mundo nos concibió un día desde las altas constelaciones de Orión.”
|