Excelente dato de IPC adelantado de septiembre en España que, con un 1.5%, no solo resulta ocho décimas mejor que el anterior, sino que, además, rebaja cuatro décimas la previsión del mercado. En principio, este dato estaría recogiendo las mejoras en el precio de carburantes, energía y alimentos. No obstante, conviene destacar que la inflación subyacente ha bajado también tres décimas hasta el 2.4% (frente al 2.8% esperado). Este dato nos está hablando de una dinámica muy positiva de fondo en la formación de precios en nuestro país.
Adicionalmente, la buena referencia de inflación se complementa con un espectacular dato de crecimiento interanual en el segundo trimestre, marcando un 3.1% frente al 2.9% anterior y esperado que, ya de por sí, representaba un nivel significativamente superior a le media de europea. En este caso, la buena noticia es que todos los grandes sectores, incluyendo industria, registraron tasas positivas lo que implica también un crecimiento muy balanceado de la demanda interna y del sector exterior. Una vez más, la parte negativa es el bajo crecimiento interanual de la productividad, que se ve compensada por la mayor actividad y empleo. En todo caso, el importante peso de los servicios en el PIB nacional, está determinando el buen comportamiento de nuestra economía frente a comparables.
No está de más añadir que la conjunción de buenos datos de actividad e inflación pone a España en una situación notablemente positiva para ver acelerar o, al menos, mantener su crecimiento, en un contexto de tipos de interés previsiblemente a la baja. En ese sentido, España sería un alumno aventajado dentro de lo que la FED llamaría un “aterrizaje suave de la economía”, algo que el mercado está reflejando de manera clara en el comportamiento de nuestra deuda y de nuestros índices bursátiles.
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