Llevaba días que no salía en la tele el Fiscal General del Estado, de este gobierno comunista social y tramposo, donde aún sigue este fiscal con sus andares prepotentes y dominadores del terreno que pisa. Lo que más le he visto, ha sido siempre su cara cachonda de comediante barato, forzada con mirada, brillando en lo esperpéntico y la ridiculez, en el hazmerreír para no ver su rostro.
Yo creía que los señores jueces eran serios, prudentes y discretos. Mira por donde estaba equivocado. Desde entonces le he ido viendo su altanería con una insolencia y descaro. Solo le ha faltado decir a este mismo fiscal cuando va altanero y arrogante por la calle, decir: aquí estoy yo con mi circunstancia y particular estilo. Un poco zafio y grandilocuente para un juez. No seré yo quien califique, sus andares, sus risitas y la petulancia, créanme. Cada uno nace con lo que tiene. Pero sus risitas cachondas yo creía que hasta muertos estarán los jueces serios. Yo creía que ser juez es una profesión muy seria.
Aún sigue su curso y lo que te rondaré morena. Sobre la mesa del Alto Tribunal Supremo de Madrid, aún siguen esperando todas las denuncias y querellas que se han ido acumulado, por el novio de Isabel Díaz Ayuso, el empresario Alberto González Amador,
Este Prometeo con minúscula, es un tío enigmático, no sé si el juramento de este juez juró o prometió guardar y hacer guardar la Constitución, administrar recta e imparcial justicia y cumplir sus deberes judiciales que, mí, jurar es una cosa muy seria, sagrada y prometer es un cachondeo, es una guasa. Es de risa en este caso concreto, La Fiscalía se opone a que el Supremo impute a García Ortiz por revelación de secretos. En este gremio, diré con sarcasmo, de legisladores dominados que, las palabrerías de los doctos picapleitos, han buscado una palabra e insolente a toda vista para personas serias, mejor dicho, para Prometeos falsos y guasones.
La primera vez que le vi a este fiscal, me creía que la tele nos estaba haciendo una burla, una broma. Me llevé una sorpresa muy grande, cuando me enteré quién era este juez, nada más y nada menos que el Fiscal General del Estado del gobierno comunista social de España. Ni más, ni menos. Si antes se vendaba los ojos, ahora se tapa la cara de vergüenza la diosa ley.
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