Libaneses caminan sobre una carretera destruida por los bombardeos, en procura de alejarse de la guerra y encontrar refugio. A medida que escala la ofensiva militar israelí, que alcanzó ya a efectivos de una fuerza de paz de las Naciones Unidas, crecen la incertidumbre y los desplazamientos de cientos de miles de civiles. Imagen: Houssan Hariri / Acnur
NACIONES UNIDAS – Un nuevo bombardeo israelí, en una zona del norte de Líbano con población de mayoría cristiana, causó 18 muertos en un edificio residencial este lunes 14, mientras responsables de las Naciones Unidas mantenían llamamientos a la contención y a negociar un cese del fuego.
Esta vez fue Filippo Grandi, a cargo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), quien planteó que “un alto el fuego que esté respaldado por un proceso de paz significativo, por difícil que sea, es la única manera de romper el ciclo de violencia, de odio y de miseria”, en Líbano y en la palestina Franja de Gaza.
“La incertidumbre y la ansiedad ensombrecen hoy la vida de los civiles del Líbano. Seguramente, si continúan los ataques aéreos, muchos más se verán desplazados y algunos también decidirán irse a otros países”, dijo Grandi.
Israel efectuó el bombardeo como parte de la ofensiva militar que intensificó en las últimas tres semanas contra la milicia chií libanesa Hezbolá, y que ha dejado unos 1500 muertos, centenares de heridos y 1,2 millones de personas desplazadas de sus hogares en Líbano, su país vecino de 5,5 millones de habitantes.
Hezbolá disparó cohetes sobre el norte de Israel de modo intermitente, durante un año, en solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza, a su vez escenario de otra ofensiva militar israelí, en respuesta a los ataques que recibió de la milicia islamista palestina Hamás el 7 de octubre de 2023.
En ese ataque murieron cerca de 1200 personas, en la respuesta israelí sobre Gaza han perecido 42 000 y casi 100 000 han resultado heridas, y la destrucción material y padecimientos de la población gazatí han adquirido características de catástrofe.
En Líbano, en Ministerio de Salud informó que el año de bombardeos y hostilidades ya cobró más de 2300 vidas.
La incursión israelí en Líbano también ha creado una situación de emergencia para la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (Fpnul), unos 10 000 “cascos azules” de medio centenar de países que desde 2006 actúan como fuerza de interposición y de apoyo a las tareas humanitarias de agencias de la ONU.
Cinco soldados de la Fpnul resultaron heridos en los últimos días por ataques de unidades israelíes, algunas de sus posiciones fueron violadas y dañadas, y sus desplazamientos han sido obstaculizados por el ejército de Israel.
En una declaración, el secretario general de la ONU, António Guterres, reiteró que “debe garantizarse la seguridad del personal y de los bienes de las Naciones Unidas, y debe respetarse en todo momento y sin reservas la inviolabilidad de sus instalaciones”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha propuesto que la Fpnul sea retirada del sur del Líbano para evitar que sea blanco de la acción militar, y algunos de sus ministros sostienen que Hezbolá emplea a la Fpnul como escudo.
Guterres dijo que “las fuerzas de paz permanecen en todas las posiciones y la bandera de la ONU sigue ondeando” donde permanecen los cascos azules.
Por su parte, el portavoz de la Fpnul, Andrea Tenenti, sostuvo que “necesitamos estar allí, tener una fuerza imparcial en el sur del Líbano, que aún pueda informar al Consejo de Seguridad”, de la ONU.
Este lunes 14 también la milicia Hezbolá lanzó una nueva andanada de cohetes sobre la norteña ciudad israelí de Haifa, y sus portavoces reiteraron que mantienen la resistencia a las fuerzas de Israel.
Mientras tanto, crecen las dificultades para la población civil libanesa. “Las calles de Beirut -la capital- están llenas de personas que luchan por encontrar refugio. Las necesidades humanitarias están aumentando significativamente”, resumió Acnur en un mensaje en su cuenta de la red social X.
A-E/HM - Fuente: IPS
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