Sanitaristas en Brasil trabajando en la detección de criaderos de mosquitos transmisores de enfermedades. Este año ha avanzado en ese país, y en otros del continente, la fiebre de oropuche, con más de 10 000 casos detectados, y cuyo combate hasta ahora se centra en las medidas de prevención. Imagen: Karina Zambrana / OPS
WASHINGTON – La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha alertado sobre el avance de la enfermedad por el virus oropuche en el continente, un cuadro febril que puede llevar hasta la muerte, en su más reciente actualización epidemiológica.
Brasil tiene la carga más alta de la enfermedad, con 8258 casos y dos muertes, de los 10.275 casos confirmados en nueve países del hemisferio desde comienzos de este año hasta principios de octubre, señaló la entidad panamericana.
Otros países afectados son Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, Guyana y Perú. También se han reportado 90 casos importados en Estados Unidos y dos en Canadá, relacionados con viajes a países con transmisión en curso, y además se notificaron otros 30 casos importados en Europa.
Desde la última alerta epidemiológica el 6 de septiembre, se notificaron 423 casos nuevos de oropuche, incluidos dos países sin casos antes de esa fecha, Ecuador y Guyana, por lo que la OPS destaca la importancia de fortalecer las medidas de diagnóstico, manejo clínico, prevención y control de vectores en la región.
La fiebre de oropuche es una enfermedad viral caracterizada por fiebre alta, dolor de cabeza intenso, fotofobia, dolores musculares y articulares y suele desaparecer en dos o tres semanas. En algunos casos, puede provocar complicaciones más graves, como meningitis o encefalitis, y llevar a la muerte.
Actualmente no existen vacunas específicas ni tratamientos antivirales disponibles, por lo que el tratamiento se centra en el alivio sintomático.
Es una enfermedad tropical, considerada emergente, causada por un virus del género Orthobunyavirus, de la familia Peribunyaviridae, endémico en la región de la Amazonia pero que se describió por primera vez en la Vega de Oropouche, en Trinidad y Tobago, en 1955.
El vector principal es un mosquito tipo jején, Culicoides paraensis, y este año el virus se detectó en zonas donde anteriormente no se había informado de transmisión.
También se registraron muertes asociadas a la infección, así como casos de transmisión vertical (de madre a hijo), incluidas muertes fetales y anomalías congénitas. Los dos decesos en Brasil correspondieron a transmisión vertical, en dos estados muy distantes entre ellos, Acre y Pernambuco.
La OPS solicitó que los Estados Miembros informen sobre cualquier evento inusual relacionado con la enfermedad, incluidas muertes asociadas al virus y casos de posible transmisión vertical, ya que esta información es crucial para mejorar la vigilancia epidemiológica.
El organismo regional enfatiza la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y entomológica e insta a la implementación de medidas de control de vectores, dentro de la lucha contra los mosquitos transmisores de virus y parásitos.
La agencia recomienda promover prácticas de protección personal para prevenir picaduras, especialmente en mujeres embarazadas y poblaciones vulnerables.
La expansión de la deforestación y el cambio climático aumentan el riesgo de que el oropuche se propague cada vez más a nuevos hábitats en la región y de que progresen nuevos ciclos de transmisión urbana, como ha ocurrido con dengue, el zika y el chikungunya.
A-E/HM - Fuente: IPS
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