La “Isla Bonita” es algo más que el famoso Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Argumentos que justifiquen una escapada hasta esta preciosa isla canaria (declarada por la UNESCO Reserva Mundial de la Biosfera) son muchos y diversos. Sin embargo, hay uno que puede, para la mayoría de los turistas, resultar novedoso e inesperado: su cielo.
Efectivamente, escribo su cielo y no me equivoco. Seguro que aficionados y profesionales de la astronomía saben a qué me refiero.
Dicen que, junto a Hawai y Coquimbo, tiene el cielo más “limpio del planeta”. Y así debe ser cuando entre diferentes emplazamientos del hemisferio norte se decidió que en la zona del Roque de los Muchachos se instalaran inmensos telescopios que escudriñan el universo. Es más, el mayor telescopio óptico del planeta (conocido como el “Gran Telescopio Canarias”) se erigió aquí junto a otros muchos que parecen crecer como setas.
Estos ciclópeos ojos artificiales examinan e investigan todo lo que sobre nuestras cabezas ocurre. Por aquí, se me antoja, palabras como galaxias, satélites, lunas, eclipses, cúmulos, nebulosas o estrellas son de uso cotidiano.
La consecuencia es fácil de imaginar. Esas condiciones inmejorables para estos menesteres hicieron que la isla fuera considerada la primera reserva StarLight del mundo (www.starsislandlapalma.es). Un merecido reconocimiento que la protege de cualquier contaminación lumínica, radioeléctrica o atmosférica. Ello, naturalmente, supone una importante responsabilidad (tanto para entidades públicas como privadas) orientada al mantenimiento de la calidad del cielo, así como una decisiva apuesta por su conservación y mejora.
El Observatorio del Roque de los Muchachos, que se levanta a más de 2.000 metros de altura sobre un interminable mar de nubes, es el epicentro y el lugar perfecto para estas observaciones. Se trata de uno de los complejos de telescopios más relevantes y equipados del planeta. Aquí “se dan cita” grandes telescopios, propiedad de diferentes países, con nombres como Galileo, Isaac Newton, Nord o el famoso G.T.C. (Gran Telescopio de Canarias)
Pues bien, en torno a todo este potencial se ha creado y desarrollado un tipo de turismo que atrae a forofos de la astronomía procedentes de los lugares más insospechados. Para ello, se han habilitado miradores, recorridos, visitas guiadas a algunos de los grandes telescopios, excursiones con observaciones, cursos de aprendizaje, alquiler de telescopios, concursos de astrofotografía, etc. Diría que, a lo largo y ancho de la isla, se respira una pasión por esta ciencia que se ocupa del estudio de los astros.
Tuve la suerte de disfrutar, gracias a las explicaciones de una astrofísica, de una de esas noches inolvidables bajo un cielo estrellado. Nunca lo vi así. Jamás había mirado hacia arriba de esta forma. Lo recomendaría mil veces. Más aún si no eres experto porque supone adentrarse en un mundo desconocido y, a la vez, tremendamente atrayente.
El astroturismo está de moda; en auge. Un tipo de turismo respetuoso con el medio ambiente que ofrece una importante carga educativa que no debemos olvidar.
No me queda más que aconsejar ver la majestuosidad de un cielo nocturno desde uno de los lugares más privilegiados del mundo: la isla de La Palma, la “Isla Bonita”.
Algunos consejos útiles:
Webs: www.visitlapalma.com , www.lapalmabiosfera.es
¿Cómo llegar?: Iberia Express (www.iberiaexpress.com) tiene vuelos diarios desde Madrid
¿Dónde dormir?. El hotel H10 Taburiente Playa (www.h10hotels.com) es una magnífica opción.
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