Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cesta de Dulcinea | cartas | Misiva | Escribir | Carta

Misivas reales e irreales

También hay cartas históricas, literarias y de amor de todo tipo, como el amor eterno que profesa el cantante Joan Manuel Serrat a la ciudad de Montevideo
Nieves Fernández
miércoles, 18 de diciembre de 2024, 10:06 h (CET)

En un mundo donde la información se pasea por las redes y los aparatos móviles y el papel va desapareciendo a ritmo de vértigo en las casas y en las empresas de todo tipo, es necesario recrearse un poco en estas misivas que siguen estando presentes, con tal de reivindicar su hegemonía, para recordarnos que si antes fueron muy importantes, lo siguen siendo ahora también en pleno siglo XXI.


Recuerdo a mi cartero, trayéndome cartas de amor y amistad en papel, día sí y otro también. Era la alegría personificada, un gustazo recibir cartas a media mañana no sólo por la carta sino también por el cartero. Luego cambiaron los designios del papel y nos empezamos a quejar de las numerosas cartas que nos llegaban de los bancos, creo que por eso comenzamos a interaccionar algo menos con los carteros, en mi caso con otro amigo y ahora con mi chica cartera. Al menos la alegría que aportaba sus visitas se tornaban en cosa seria, certificados, paquetes y poco más, pero también en que las cuentas extra largas se convirtieran a la corrección aunque no fueran muy románticas. Pues bien, ya tampoco nos llegan cartas de los bancos, se han ido igualmente a las pantallas y apenas conocemos ni a sus humanos remitentes ni a sus oscuros mensajeros.


Sin embargo, la carta prevalece, parece que se nos va quedando como un gran medio de comunicación. Paradójicamente es utilizada en algún resquicio para salvaguardar los proyectos, políticos o no, de los gobernantes que se quieren retirar pero que luego no se retiran, que acusan o que exculpan. Pobre del mandamás que la reciba antes o después desde un medio de comunicación, eso será motivo de expulsión de un partido o de un cargo prometido. Cierto que al escribir una carta la dirección, no la postal, es bilateral y nadie puede toser en contra de lo que allí se diga, sí que es posible criticar el contenido, pero en la actualidad así se está haciendo, primero escribo y luego critico, poco más.


Desde la antigüedad se han escritos cartas muy interesantes, misivas de todo tipo que aunque hayan sido íntimas han salido a la luz. 


En nuestros tiempos, incluso hay un blog, cartasfamosas.blogspot.com, propiedad de Olga, donde se recopilan centenares, si no miles, de cartas importantes o muy curiosas que han afectado al curso de la historia y de las artes, sobre todo de la literatura. La lectura de estas cartas es tan alucinante que no puedo prescindir del tema y de los destinatarios y escribientes de algunas de ellas, así como de sus principales motivos para escribirlas.


Entre las mismas, destaco el asunto de una de ellas que aún en estos días sigue vigente, el creacionismo y la negación de lo científico, y cómo el pobre Galileo se esmera para demostrar con todo su miedo que el sol no se mueve y sí la tierra. Lo hace en una carta muy clara pero atemorizada dirigida a la Duquesa de Toscana.


Además, hay una carta-respuesta de Beethoven a una niña de ocho años, le escribe expresándole las gracias por hacerla feliz con su música. Y la de Neruda a su amada Albertina que no le hace caso, le recrimina que en diez días sólo le ha enviado una carta, incluso se casa para que sienta celos, pero Albertina también se casa con otro poeta. Otro escritor escribe cartas a lo bestia, es Baudelaire, escribe un libro a modo de carta para su madre, texto que a ninguna madre le gustaría recibir jamás, donde en su despedida habla de ternura, dolor, dulzura y esperanza. Otra más: Juan Ramón Jiménez respondiendo a Antonio Machado sobre nostalgia y popularidad. Y otra: La tierna misiva que escribe la escritora Emily Dickinson dirigida a Susi, su cuñada, casada con su hermano y, con mucha probabilidad, su verdadero amor.


También hay cartas históricas, literarias y de amor de todo tipo, como el amor eterno que profesa el cantante Joan Manuel Serrat a la ciudad de Montevideo. Pero incluso Cristóbal Colón escribe su gran carta en 1943 sobre su descubrimiento desde la carabela en Canarias, o Teresa de Calcuta con su carta más espiritual. Luego están las cartas más actuales como la carta de Rosa Montero, “Carta a un lector pirata”.


Entre las cinco cartas más famosas que se dice han cambiado la historia de la humanidad está la de Napoleón a Josefina: “Tus cartas son la alegría de mis días”, dirá. O la de Cristóbal Colón a los Reyes católicos, o la de Gandhi a Hitler, o la de Donald Trump al coreano Kim Jong-un anulando una reunión y disputando temas nucleares, o la carta de amor de Frida a Diego, o finalmente, la carta de Federico García Lorca a Adolfo Salazar en un trágico junio del 36.


Ayer tuve en mis manos varias cartas escritas a los Reyes Magos hace décadas con letra escolar, estos Reyes que se toman las galletas y luego no saben dónde dejan el listado, ese es el motivo de que nunca traigan lo que les pedimos, ¡pobres niños! En Correos, en Navidad, ya han preparado los buzones especiales y de los que responder, responden, con merchandising, o al menos era así hace algunos años; porque ahora, con tanta rivalidad de medios escritos, nos conformamos con que las cartas lleguen a su destino en esos tres-cuatro días que nos dicen, llegarán.


Por su parte, las tiendas jugueteras aprovechan, con sus juguetes en los escaparates intercontinentales, de unos continentes más que de otros, e introducen la carta en el catálogo, pidiendo buena letra, sin olvidar poner nombre, edad y ciudad en la que se vive, datos difíciles de adivinar por los Reyes Magos.


Dejando en un lugar ilusionante las cartas infantiles de los Reyes Magos, habrá que seguir escribiendo cartas, el mundo de las grandes misivas es impresionante y las firmas, sea con clave, contraseña o DNI electrónico, nos agobian demasiado. Queridas misivas…

Noticias relacionadas

Se dice por ahí, que hay tantas verdades como mentiras, pero, de entre las primeras, solo una se impone como verdadera, se trata de la verdad oficial. En cuanto a las mentiras, son simples mentiras creadas para que sus productores tengan una ocupación y su despliegue mediático sirva de entretenimiento al respetable. No pasa nada si estas últimas son inofensivas, es decir, si siguen el juego al sistema y se mueven en el terreno del espectáculo.

Ni sindicatos, ni organizaciones patronales, ni ONG's, pagan siquiera el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), dado que los Ayuntamientos también los han declarado exentos del pago de ese impuesto. Es de resaltar que el patrimonio inmobiliario de que disfrutan estas organizaciones, situado generalmente en las mejores zonas de las grandes ciudades, les obligaría a realizar unos importantes pagos anuales que en virtud de la ley eluden por completo.

En un mundo donde la información se pasea por las redes y los aparatos móviles y el papel va desapareciendo a ritmo de vértigo en las casas y en las empresas de todo tipo, es necesario recrearse un poco en estas misivas que siguen estando presentes, con tal de reivindicar su hegemonía, para recordarnos que si antes fueron muy importantes, lo siguen siendo ahora también en pleno siglo XXI.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto