Estimado Director:
La Comunidad Valenciana, cuna de los cítricos españoles, atraviesa una difícil situación tras la devastadora DANA que afectó gravemente a sus campos. Además, rumores infundados sobre la calidad de sus productos, difundidos en mercados internacionales como el británico, amenazan con perjudicar aún más este sector esencial para la región.
A pesar de los daños causados por la antracnosis y la gomosis, enfermedades fúngicas que no afectan la salud humana ni la calidad de los frutos, los cítricos valencianos siguen siendo seguros y valiosos. Por el contrario, países como Egipto, alternativa en el mercado, ha exportado cítricos con niveles alarmantes de Clorpirifos, un pesticida prohibido en la Unión Europea por sus efectos tóxicos.
Hoy, más que nunca, es momento de recordar el legado de Blasco Ibáñez, quien retrató esta tierra como una fuente de esperanza y riqueza. La Comunidad Valenciana, con su “terra de ensueño”, debe ser apoyada para superar este desafío y continuar ofreciendo cítricos de calidad insuperable. Confiar en sus productos no solo fortalece la economía local, sino que honra su tradición agrícola y asegura un futuro próspero para sus agricultores y consumidores.
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