Quería libertad, ya era mayor y adulto en la fe (Cardenal Tarancón), había que hacer una nueva iglesia, la que había ya no valía, tenía que ir con los tiempos.
Y existen fotos de la época en las cuales se ven a Tarancón y más obispos hablando cordialmente con Carrillo, que fue recibido como un líder, y demás miembros del PSOE. Comenzaba una nueva situación en España, que pasaba de ser una Nación Católica, en su mayoría, a una nación laica, democrática. Yo no entiendo cómo en los tiempos actuales alaban como un milagro la transición española. Se olvidan de los cientos de asesinatos de la ETA, de los millones de abortos, de la infinidad de familias destruidas, del matrimonio homosexual, del cambio de sexo, etc.
El hijo pródigo se marchó de la casa del padre, ¡Ya era libre! Ya podía hacer su libertad. Y se entregó a los placeres mundanos y, en lugar de libertad, cayó en un libertinaje como nunca contemplaron los tiempos. Pero últimamente la situación empeora de día en día y empieza a añorar cómo en casa de su padre había paz, armonía y no le faltaba lo necesario. Pero la seducción del mundo es muy fuerte, y todavía se resiste a volver a la casa del padre y el padre espera que su hijo recapacite y vuelva a su casa, y si esto ocurre, celebrará un banquete por la vuelta del hijo, que estaba perdido y ha sido encontrado, que estaba muerto y ha resucitado.
¿Volverá España a la casa del Padre? Amén, que así sea.
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