A lo largo y ancho de toda la región se ubica una serie de edificios, normalmente casas y caserones, con fama de estar encantados. Como es de suponer, pese a que Murcia no es de las ciudades con mayor número de encantamientos entre sus ladrillos, la capital no se queda atrás a la hora de aportar embrujo a la larga lista de edificios encantados de España.
El Palacio de Saavedra
La casona de la calle Rambla alberga hoy en día el Colegio Mayor Azarbe, dependiente de la Universidad de Murcia, pero no siempre fue así. El edificio se construyó por orden de Gregorio de Saavedra y Fontes en 1648, sobrino del diplomático Diego Saavedra y Fajardo, coincidiendo con la epidemia de peste que asoló Murcia; y siguió en manos de la familia hasta que fue vendida en 1886.
Sobre la casa circulan historias de fantasmas que hunden sus raíces en la supuesta deshonra cometida por una de las mujeres de la familia Saavedra al dejarse seducir por un extranjero. Cuenta la leyenda que la joven fue emparedada viva, como ha ocurrido con tantas otras historias parecidas repartidas por toda nuestra geografía; aunque, de acuerdo con otras versiones, la joven enloqueció y, tras su muerte, su espíritu vaga por los tejados y ventanas del edificio.
Otros muchos afirman que se trataba de duende; pero, sea como sea, todos coinciden en que los alaridos y el espectáculo de luces terminaron tras un exorcismo llevado a cabo hace años por un sacerdote. Pese a que hoy en día no se escucha de ella nada, le queda el sobrenombre de “Casa del Duende” como recordatorio de los sucesos otrora vividos entre sus paredes.
La Casa de Pedro Díaz Cassou
Levantada a principios del siglo XX por el arquitecto José Antonio Rodríguez para Pedro Díaz Cassou, abogado y escritor murciano, muy interesado, precisamente, en las tradiciones y leyendas de Murcia, es una representante del modernismo murciano y sede de muestras y actividades culturales.
Aunque la casa en sí no terminó nunca de albergar fantasma o duende propio, muchas eran las personas que no se atrevían a entrar a ella porque, aseguraban, temían “encontrar algo”. Puede que el origen de estos miedos y las posteriores leyendas que, con no demasiada suerte, se han atribuido a la casa, radiquen en el hecho de encontrarse ésta junto al orfanato y la funeraria de la ciudad. De hecho, llegó a ser muy habitual el trasiego de ataúdes y plañideras por la parte baja de la vivienda.
Sí es cierto, empero, que los albañiles que trabajaron en su rehabilitación afirmaban escuchar ruidos, lamentos, sollozos y conversaciones; así como haber visto luces y sombras extrañas. Entre algunas de las leyendas que no terminaron de apoderarse del espacio está la de una dama vestida de negro, además de los mencionados llantos y juegos de luces.
El Palacio Campuzano
Situado enfrente del Teatro Romea, otro de los edificios emblema de la ciudad y maldito desde que el terreno sobre el que se sitúa dejara de ser parte del convento de Santo Domingo, el palacio llama la atención por su fachada de color rojo intenso.
De acuerdo con lo que se cuenta por las calles de la ciudad, uno de los trabajadores del equipo de mantenimiento del edificio, hoy en manos de Cajamar, recibió un fuerte manotazo que lo derribó sin que tuviera opción de defenderse. Ya en el suelo, se volvió el empleado para responder al ataque pero, ante su sorpresa, se encontró completamente solo. Cuando solicitó ver la grabación de lo ocurrido, con el fin de identificar al misterioso asaltante, las cámaras mostraron el ataque y al pobre trabajador en el suelo, pero a ningún atacante.
Desde entonces, se cree que este edificio forma parte también de la lista de casas encantada con la que cuenta la capital murciana.
Qué duda cabe de que, aunque muchas veces ignorados u ocultos, los misterios y los fantasmas son también parte fundamental y mágica de Murcia.
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