Para contener los precios, hay que aumentar la oferta. En economía, esta fórmula funciona siempre. Por ejemplo, el precio de la vivienda subiría menos si en el mercado hubiera más viviendas para comprar o alquilar.
Por eso, nos sorprende un poco que los políticos apunten otras soluciones: topar los precios del alquiler y multar a los que se salten el tope, por ejemplo. Soluciones que, en lugar de aumentar la oferta, pueden reducirla.
Esta fórmula del ámbito de la economía también nos sirve para contener otras cosas: la agresividad o el consumo de droga, por ejemplo.
La agresividad de los políticos y de la gente en general, y el consumo de droga de los jóvenes, son dos problemas preocupantes. Tanto como el precio de la vivienda.
Si desde la escuela y desde los medios aumentamos la oferta, es decir, enseñamos a la gente a reaccionar sin agredir; si aumentamos la oferta de formas amables de reaccionar, contendremos el uso del lenguaje rompedor.
Si la comunidad aumenta la oferta de espacios para entretenerse o evadirse, si aumenta la oferta de espacios y formas, seguramente así contendremos o disminuiremos la drogadicción.
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