A raíz del posible caso de enchufismo del hermano de Sánchez, se podrían decir muchas cosas. Se podría decir que la captación de talento es una tarea fundamental en la empresa en la que, como responsable de recursos humanos, tienes un importante papel para que salga bien. Se podría decir que esta práctica termina por perjudicar a la compañía a largo plazo. Se podría decir que implica perder la oportunidad de encontrar verdaderos talentos que hagan aportaciones valiosas a la plantilla. Se podría decir que los empleados que están en plantilla pueden percibir como una injusticia el hecho de que algún compañero haya conseguido el puesto sin ser a través de méritos propios. Se podría decir que si el enchufismo también influye en los beneficios que perciben los trabajadores (aumentos de sueldo, ascensos u horarios más flexibles) y se producen desigualdades en este sentido, la generación de un buen clima laboral puede resultar muy complicada. Se podría decir que de este modo, lo que estarás consiguiendo son trabajadores desmotivados e insatisfechos que, a la larga, aprovecharán cualquier oportunidad para abandonar tu empresa, lo que puede conducir a una fuga de cerebros. Pero, estas consideraciones solo funcionan en la empresa privada ya que la salud de la misma depende de estos factores. Se podría decir que en la pública la incompetencia no tiene tanta importancia porque la perdida se reparte entre todos. Esto me recuerda a un amigo que me decía ."En Cuba, la gente hace como que trabaja" ¿Es esto lo que hacía el hermano de Sánchez?
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