![Buque carga gas APHuelva](/images/showid2/7196584?w=1200&zc=4)
Un buque de transporte carga gas licuado para la propulsión de sus motores en el puerto español de Huelva. Ambientalistas advierten sobre la inconveniencia de reemplazar los hidrocarburos por biocombustibles en el transporte marítimo y en su lugar proponen alternativas que incluyen el empleo de energías asociadas a la electricidad y el viento. Imagen: APH
LONDRES – Un total de 69 entidades ambientalistas pidieron a la Organización Marítima Internacional (OMI) que se oponga a la promoción de los biocombustibles en los buques, por su previsible impacto en la destrucción de bosques, en el cambio climático y en el acaparamiento de tierras.
La OMI inició en esta capital negociaciones de sus 176 Estados miembros para definir una norma mundial sobre combustibles con el objetivo de descarbonizar el transporte marítimo y acercarse a emisiones netas cero (de gases de efecto invernadero) en torno al año 2050.
“Si la OMI aprueba los biocombustibles como ‘combustible bajo en carbono’, provocará más destrucción de la selva tropical y acaparamiento de tierras, al tiempo que acelerará el cambio climático”, afirmó Almuth Ernsting, de la organización británica Biofuelwatch.
En lugar de promover los biocombustibles, la industria marítima debería “priorizar soluciones reales al cambio climático”, indica una misiva enviada por las 69 organizaciones a la OMI y divulgada este lunes 17.
Entre esas soluciones incluye “la reducción de la demanda, mejoras de la eficiencia, y la adopción de tecnologías de propulsión avanzadas, como tecnologías asistidas por el viento y la electrificación”. La alternativa de usar biocombustibles en lugar de los derivados de hidrocarburos -grandes emisores de gases que causan el calentamiento global- ha sido respaldada des productores latinoamericanos, Argentina y Brasil.
Brasil, líder en la producción de etanol a partir de caña de azúcar, es el segundo productor mundial de biocombustibles, después de Estados Unidos, y los ha presentado como solución de largo plazo para el transporte marítimo.
En paralelo, ese país será anfitrión este año de la 30 conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, un campo cruzado por temas como la defensa de los bosques, la biodiversidad y el desarrollo de energías alternativas.
Para las organizaciones ambientalistas, sería “desastroso” el desarrollo de los biocombustibles a expensas de las tierras y aguas necesarias para la agricultura, la conservación de la biodiversidad y la vida de los pueblos indígenas.
Ernsting sostuvo que “las comunidades del Sur Global ya están soportando el peso de las plantaciones de monocultivos; su expansión para alimentar un mayor crecimiento de los biocombustibles agravaría la crisis”.
Oli Munnion, de la Coalición Global por los Bosques -con sede en Países Bajos- señaló que “permitir el uso de biocombustibles en virtud de la norma mundial de combustibles pondría en peligro los objetivos mismos que la OMI busca alcanzar”.
“El diseño de la norma mundial de combustibles debe basarse en estrictas directrices de evaluación del ciclo de vida, que excluyan el uso de biocombustibles al tiempo que protegen el clima, el medio ambiente y los medios de vida de las personas”, expresó Munnion.
El transporte marítimo internacional, que consume hasta cinco por ciento de la producción petrolera mundial, es responsable de tres por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, las cuales podrían aumentar 50 % de aquí a 2050 si no se toman medidas para reducirlas.
La OMI trazó en 2023 una estrategia con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas (que las generadas se compensen con las reabsorbidas, por ejemplo) hacia 2050, con metas parciales de reducirlas entre 20 y 30 % para 2030 y 70 u 80 % en 2040.
Los ambientalistas insisten en que reemplazar los combustibles fósiles con biocombustibles podría empeorar el daño climático y ambiental en lugar de mitigarlo.
En paralelo, los biocombustibles derivados de cultivos alimentarios y forrajeros como la soja y el aceite de palma están vinculados a la deforestación, el acaparamiento de tierras, la inseguridad alimentaria y la contaminación del agua.
Además, las desigualdades basadas en el género se exacerban a medida que las mujeres pierden el acceso a la tierra y los recursos críticos para sus medios de vida y su seguridad alimentaria.
Los impactos no se limitan a Brasil. Países de todo el Sur global, desde Colombia, Brasil, Paraguay y Argentina, hasta Indonesia, Malasia y Camerún, enfrentan tasas crecientes de deforestación a medida que las tierras de cultivo se expanden para satisfacer la demanda de biocombustibles, indica la carta de los ambientalistas.
“Las decisiones de la OMI en los próximos meses determinarán si los combustibles futuros del transporte marítimo impulsan el progreso sostenible o exacerban las crisis ambientales y sociales globales”, dijo finalmente Souparna Lahiri, asesora de políticas sobre clima y biodiversidad en la Coalición Global por los Bosques.
A-E/HM - Fuente: IPS
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