Recuerdo aquellas noches, después de las sencillas cenas de un colegio religioso, cuando salíamos a los patios del Colegio, en realidad las partes traseras del edificio. No olvidaré los paseos en grupo, rodeando a alguno de nuestros profesores. Se hicieron famosos los que presidía un sencillo sacerdote venido de Japón.
Caminábamos doscientos pasos hacia delante y sin volvernos, caminando hacia atrás recorríamos de vuelta el mismo recorrido. Así, más de una hora, hasta la finalización del último recreo del internado.
Hoy setenta años después, cuando nos juntamos varios amigos yo soy el único que suele saber andar hacia atrás con naturalidad.
En el mundo, hoy día, han aparecido “mandamases”, “millonarios”, que han hecho su carrera económica sabiendo caminar hacia adelante y volver de espaldas, pero, ahora, con la intención de vigilar que lo que hicieron de frente nadie tenga la osadía de destruirlo.
Se llaman “demócratas de nuevo cuño”, primero yo, porque soy listo, segundo yo, para que nadie se cuele y el tercero que se busque POSADAS NUEVAS ya que no supieron guardar y hacer prosperar las antiguas.
No estoy de acuerdo, pero sólo por una cosa: Se olvidan que ellos han llegado donde están, pisando demasiadas cabezas endebles que sólo querían subsistir.
Falta mucha “MORAL y ÉTICA”... Sobra “SOBERBIA OLVIDADIZA” de que la vida es un instante, que nadie conoce su venida.
Un mundo diseñado por manos endiosadas por el oro, ya cuenta la Biblia como terminó. De todos modos debemos pensar los que tenemos, todavía, una pizca de moralidad y sentido social universal, que el fuego da calor pero para ello hace falta encenderlo y airearlo para que no se consuma...
¡EUROPEOS!, creo que eso va por nosotros.
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