Estos guardias civiles estaban cumpliendo con su deber en salvaguardia de sus ciudadanos, con sus “chalupas con motor”. Los números cuentan que es una barbaridad. Los narcos acampan a sus anchas por toda la costa desde los Caños de Meca, pasando por algunos acantilados de esos hermosos senderos hasta Barbate. Sendas y caminos pasando, por Torre del Tajo, el mirador precioso con el Parque Natural de la Breña, hasta llegar a la bonita ciudad barbateña. Lugar preferido desde hace años donde anidados buhoneros narcos, acampan a sus anchas a cualquier hora del día.
Estoy seguro que el ingenioso, el que fuera magistrado y actual ministro del “inferior”, posiblemente tendrá muchas peticiones de su querida Guardia Civil, en su despacho. Podría ser que muchas de estas denuncias por la GC estarán llenas de polvo en su despacho, me refiero a la polvareda que entra por sus ventanas.
Mientras los dos guardias civiles muertos, hiso un año días pasados, que nada se supo, ni nadie ha puesto empeño en descifrarlo. Estos dos fallecidos murieron por su trabajo, y como no, también hay que comunicarlo, estos guardias civiles estaban cumpliendo con su deber en salvaguardia de sus ciudadanos, con sus “chalupa con motor”, por decir algo. Estos, los narcos, con barcos de nuevos modelos.
Aún no se sabe nada, aunque esto a mí no me extraña. La Asociación Profesional de la Guardia Civil siguen denunciado después de un año, la deriva a su aclaración de estos hechos de asesinatos de dos miembros de su asociación en la bonita Bahía de Barbate.
Señor Marlaska, le pregunto: ¿Por qué está pasando esto en la Costa de Barbate? Un día sí y el otro también. Aunque, a decir verdad, llega hasta el rio Guadalquivir y demos gracias que no pasa por Lora del Río. Su inoperancia en su deber le delata sus obligaciones. No sé cómo sería de juez, ni me importa, sí, me interesa y opino que su deber a la guardia civil le deja en un papel, lleno de falsedades que no le honra su ministerio.
¿Si no puede solucionar su trabajo, me ofrezco a ordenar las peticiones documentadas de sus subordinados? Me ofrezco a limpiar la roña que tendrán los legajos de sus sometidos, tanto en los anaqueles como en las mesas de su querido despacho. ¡Ah! Se me olvidaba, sin cobrar nada.
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