Huma Abedin, asistente cercana a la candidata Hillary Clinton, se casó a mediados de 2010 con el entonces congresista de Nueva York Anthony Weiner, quien pronto se convertiría en centro de tragicómicos escándalos, relacionados con su afición de enviar vía internet selfies en paños menores.
Desafortunada en su matrimonio, Huma Abedin incluso tuvo que renunciar a su cargo oficial en el Departamento de Estado, debido a la seguidilla de estos hilarantes episodios. Reapareció, sin embargo, junto a Hillary en la presente campaña, convirtiéndose en la cabeza de turco predilecta de los antagonistas de la candidata.
Como el candidato republicano Donald Trump, quien aparece hace meses como perdedor de estas elecciones en las encuestas, centrara sus primeras embestidas contra Hillary Clinton recordando los escándalos de su marido con la ex becaria Mónica Lewinsky, no dudó en criticar también los escándalos de Huma Abedin.
Trayendo a escena las filtraciones de correos de Hillary, Trump “denunció” que el apoyo de Mohammed VI a Hillary Clinton estaba relacionado con donaciones a la Fundación Clinton, aunque la amistad entre el matrimonio Clinton y el Rey de Marruecos se remontan al menos al año 2002. Por aquel entonces, los Clinton asistieron a la misma boda real marroquí.
Lo cierto es que el Rey también apoyó la creación de la “Iniciativa Global Clinton”, y ofreció financiación a cualquier evento que desee realizar en Marruecos. En ese contexto, Huma Abedin informo en enero de 2015 que “El rey se ha comprometido a [proporcionar] aproximadamente unos 12 millones de dólares para la dotación y el apoyo de la reunión” planeada en mayo del año pasado, a John Podestá, ahora jefe de la campaña electoral de Clinton. La agenda no le permitiría asistir a la candidata, dado que la fecha coincidía con el inicio de su carrera hacia la Casa Blanca, pero la misma Hillary se empeñaba en llevar adelante la iniciativa del Rey Mohammed VI. Esta aparente incongruencia causó revuelo y preocupación entre sus colaboradores, de allí que existiera el intercambio de comunicaciones que Trump desempolvó.
En realidad, Hillary había acordado con su marido, el ex presidente Bill Clinton, que quien asistiría a la reunión en Marruecos sería él. Fue así que mientras Hillary hacía campaña en Nevada y California, el ex presidente Clinton viajó a Marruecos para el evento acompañado por su hija Chelsea.
Con una participación tan renombrada como la de un ex presidente, la cortesía del rey Mohammed estaba retribuida. Los asesores y colaboradores de Hillary, sin embargo, intercambiaron unas comunicaciones tensas debido a que la actual candidata y favorita no había expresado la posibilidad de que su marido sea quien asistiría a Marruecos para representarla.
Es decir, todo lo que señalan en sus comunicaciones Abedin, Podestá y demás, se basa en un hipotético viaje de la candidata que nunca se realizó. Las expresiones de nerviosismo que contienen son comprensibles dada la envergadura de los acontecimientos.
Lo que sí es una exageración hipócrita, es que el candidato Donald Trump pretenda soliviantar ánimos del electorado que ya tiene a su elegida, con mensajes de asesores que no manejaban toda la información de lo que por entonces sucedía.
Si desea escandalizarse por la forma en que una fundación, en este caso la Fundación Clinton, obtiene fondos y los utiliza, podría encontrar mucha tela que cortar entre las que envían dinero para oxigenar los delirios del Polisario en el Sahara Occidental. Basta con leer el informe al respecto de organismos relacionados con la Unión Europea, donde se describe la escandalosa malversación de la “ayuda humanitaria” a violentistas que mantienen en calidad de secuestrados a decenas de miles, en Tinduf.
Y, que el mensaje que Trump cita esté firmado por la asistente de Clinton Huma Abedin, solo demuestra que todo se trata del manotazo de ahogado de alguien que al decir de la estrella de rock Bruce Springteen, con su sola presencia en este escenario ha avergonzado a los Estados Unidos ante el mundo.
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