Al margen del indiscutible currículum científico de María Blasco, directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), su mandato se ha caracterizado por decisiones como la inversión en compra de cuadros para el CNIO-ARTE y por un alto perfil de exposición mediática, en el que combinaba sus declaraciones sobre la investigación científica con otras sobre materias diversas que respondían a su ideología personal. Es grave el desprestigio que este caso ha acarreado a la investigación científica española, pero también la actitud de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, empeñada, por razones políticas y de amistad, en la defensa férrea de la directora cesada, al haber perdido todo su crédito entre los investigadores.
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