“Quo vadis domine” es la pregunta que, según la tradición cristiana, el apóstol Pedro preguntó al “Señor” cuando huyendo de Roma por lo que pudiera pasar, éste, el nacido en Belén, contestó que volvía a la capital del actual Estado Vaticano para ser nuevamente crucificado.
Nada que ver con la actitud de exsecretario general del PSOE que, en lugar de la cruz, toma un automóvil para recorrer los caminos de la Nación de Naciones, España, según piensa en la actualidad, para ir predicando la Buena Nueva de volver a tomar la batuta del liderato del Partido Socialista Obrero Español y predicar en todo tiempo y lugar que desea ser de nuevo líder del histórico colectivo para recomponer el puzle español.
A tal fin se ha reunido con Évole para “echar” un café con él e ir contándole la ruta de mentiras que irá esparciendo por todas la agrupaciones socialistas a partir de que pasen los días de “Todos los Santos” y de “Los Difuntos”, el de él.
La verdad es que el café compartido con Jordi no tuvo ningún desperdicio ya que durante su transcurso, además de mentir como un bellaco y esparcir excrementos a toda pastilla, demostró la falta de cintura política de quien deseó, y sigue deseando, tomar la rienda de los destinos de España.
Converso actualmente a “Podemos”, según se desprende de algunas de sus manifestaciones, no se debe olvidar que su deseo de ser Presidente de la Nación de Naciones se visualizó en el Pacto con Ciudadanos, deseo que se tronchó cuando Iglesias le hizo una peineta en toda regla; ahora Pedro cuenta otra historia, pero si poseemos todavía algunas neuronas en funcionamiento no podemos olvidar que desechó a los actuales amigos “podemitas” por ser populistas, hecho éste del que ahora se arrepiente.
Asegura, ya era hora, que mantuvo conversaciones con los compañeros republicanos independentistas del “señor” Rufián y con los nacionalistas separatistas derechones y corruptos de los “hijos políticos” de Jordi Pujol; pero a pesar de todo, y sin hacer pucheritos teatrales, afirma que visitará toda España, incluye Andalucía, para buscar adeptos que lo aúpen a las altas cotas del poder socialista, y todo ello después de arremeter contra el “susanato” andaluz, Movistar, Alierta, el Ibex, Cebrián, Felipe Gozález, etc.
Sin embargo, este Pedro, no confundir con el “pescador”, no ha reconocido ninguno de sus errores y/o falsedades, a saber, entre otras, haber perdido en todas las elecciones, el cerrojazo a un tal Tomás Gómez, su coacción en Galicia, las conversaciones soterradas con independentistas y, muy especialmente, aquella enorme bandera española que le acompañó en un mitin en Barcelona.
Quo vadis Perico.
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