Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director

​El principio activo de la amabilidad

Juan García, Cáceres
Lectores
sábado, 5 de abril de 2025, 12:08 h (CET)

Ante múltiples situaciones conflictivas, una actitud amable puede ser la llave para resolver un enfrentamiento o desacuerdo pacíficamente. La presencia de gestos amables invitan a un dialogo sereno y a la comprensión mutua, propiciando la búsqueda de soluciones beneficiosas para todos.


Además, la amabilidad eleva el estado anímico de las personas al hacer que  se sientan mejor consigo mismos y con los demás. Lo que es muy importante en el ejercicio y motivación de algunas profesiones como la medicina, la educación o  aquellas profesiones con una carga alta de servicio a los demás.


Si el principio activo de la amabilidad es tan poderoso, a todos los niveles, deberíamos practicarlo con nosotros mismos. En este caso, este principio se reduce a ser comprensivos con nosotros mismos, a tener confianza en nuestras capacidades y en definitiva a ser nuestros mejores amigos. Para ser amables, solo hace falta pensar en los demás, lo que nos ayudará a tener un trato amable y a evitar actitudes negativas con las personas que nos rodean.


Al hilo de estas pocas ideas, puede decirse que la amabilidad es más que una mera cortesía; es una acción con un impacto grande y visible en los ambientes donde se practica. Es un principio activo porque no solo depende de la buena voluntad, sino que es una práctica continua que genera beneficios inmediatos personales y colectivos, de tal manera que poco a poco se va generando una atmósfera de respeto, cooperación y bienestar general.

Noticias relacionadas

En nuestra realidad circundante, en lo que solemos citar como nuestro entorno, el sistema judicial tiene como objetivo no la Justicia, abstracción platónica que nos trasciende, sino garantizar, con realismo y en la medida de los posible, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, que no es poco. Por eso hablamos de Estado de Derecho, regido por la Ley.

Estamos habituados a tratar con las apariencias, con la natural propensión a complicar las cosas en cuanto pretendemos aclarar los pormenores implicados en el caso. Los pensamientos son ágiles e inestables. Quien los piensa, el pensador o pensadores, representa otra entidad diferente. Y curiosamente, ambos se distinguen del fondo real circundante, este tiene otra urdimbre desde los orígenes a sus evoluciones posteriores.

Dejó escrito Salvador Távora sobre Andalucía que «la queja o el grito trágico de sus individuos sólo ha servido, por una premeditada canalización, para divertir a los responsables». No sé si mi interpretación es acertada, pero desde que vi por primera vez su obra maestra, Quejío, en el teatro universitario de Málaga creo que muy poco después de su estreno en 1972, el término adquirió para mí un sentido diferente al que antes tenía.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto