El segundo fin de semana de marzo, hace justamente un mes, se celebró en El Vaticano el 50º aniversario del nacimiento del Movimiento Pro-Vida. El Papa Francisco, por medio del Cardenal Parolín, les hizo llegar un mensaje de agradecimiento por su gran labor que, en tiempos en los que crece la cultura del descarte, sigue colocando con valentía la dignidad de toda persona humana en el centro, especialmente la de aquellas más vulnerables.
En este contexto, el concebido representa, por excelencia, a todo hombre y mujer que no tiene voz y que, consecuentemente, para muchos no cuenta nada. Ponerse del lado de los que van a nacer significa mostrar solidaridad con todos los marginados del mundo. Y la mirada del corazón que lo reconoce como uno de nosotros es precisamente la palanca que ha movido, y sigue moviendo la tarea del Movimiento Pro-Vida.
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