Muchos grandes políticos tienen una doble ambición: ganar un premio Nobel y gobernar a su nación. Empero, en Perú solo hemos tenido un Nobel a un novelista que nunca pudo lograr ser estadista. El sueño no celta de Vargas Llosa ahora podría ser conseguido por alguien quien le gana en "prosa".
Dina, quien ya tiene la presidencia, aspira a conseguir el Nobel por sus cuentos con excelencia. Todos los peruanos seríamos unos tontos de primera, pues nadie cree en sus historias de relojes y pulseras. Lo que no se dan cuenta es que nuestra gobernante quiere hacer una obra mejor que la divina comedia de Dante.
Superando a García Márquez y a su estilo de lo real maravilloso, ella ha creado un Rolex asombroso. No hay contradicciones en ninguna de sus versiones. Su reloj no solo marca el cambio de la hora sino el de su origen, con o sin demora. Ha sido comprado hace tiempo como fruto de su arduo trabajo, se lo han prestado, se lo ha regalado un galán muy majo y hasta se ha transmutado. Como arte de magia, su pulsera Bangor se convierte en Unique o en cualquier primor.
Mejor que el romance de Romeo y Julieta va a ser el de Dina, Oscarima y su silueta. Shakespeare y Cervantes quedarán para los de antes. Si Don Quijote tuvo a Sancho Panza, Dina anda con su gobernador con ancha panza.
¿Han visto una novela o una película en la cual los masacrados hayan pactado con los uniformados para que les hayan baleado? Dina ha creado los "ellos mismos se han asesinado".
Boluarte ha mostrado un especial arte. Empezó como tesorera de Cerrón y vice de Castillo y ha acabado como mucama de Keiko y liberadora del Hoy fifunto tirano de Barbadillo. En vez de "100 años de soledad", ella está redactando "Con 100 acompañantes para trepar al poder sin piedad".
Boluarte es un orgullo para nuestra nación, es la mandataria del mundo con mayor imaginación, la cual merece tener el supremo galardón por producir tanta ficción.
|