Hace un par de años, luego de producirse la alternancia de gobierno en Paraguay, el presidente Horacio Cartes dio señales de acercamiento al Reino de Marruecos hablando expresamente de un apoyo a su integridad territorial.
El 3 de enero de 2014, el Paraguay emitió una Declaración Oficial favorable a la los derechos de Marruecos el problema del Sahara, instando a "una solución política, pacífica, justa, duradera y mutuamente aceptable, en el marco del proceso iniciado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Asimismo, exhortó a las Partes a encontrar una solución política en el marco del respeto de la integridad territorial de Marruecos y de su soberanía"
Durante la visita del canciller Mezouar a principios del presente año, Paraguay ratificó la vigencia de su declaración del 2014 favorable al Reino de Marruecos en el problema del Sahara.
Luego de este posicionamiento paraguayo, un conocido referente de la embajada argelina en el Perú, Ricardo Sánchez Serra, se permitió enviar una extensa carta que sus amigos lograron publicar en un polémico diario de Asunción, ABC color. Esta publicación hizo que el periodista Enrique Vargas Peña entrevistara vía telefónica a Sánchez Serra, quien fue incapaz de realizar argumentaciones medianamente aceptables respecto al problema del Sahara.
La entrevista constituyó un verdadero bochorno para el Polisario y sus adictos, dado que Sánchez no pudo engañar con respecto al territorio donde tiene su sede el gobierno saharaui. En detrimento de la argumentación saharaui, los principales actores de la comunidad internacional consideran inviable la independencia reclamada de ese territorio (antiguo Sahara español) debido a carecer de los atributos exigidos, a saber: No tiene territorio, dado que se encuentra asentado en territorio argelino. No posee gobierno, dado que sus supuestas autoridades responden en realidad al gobierno de Argelia. No tienen población, dado que en sus campamentos la población se encuentra retenida en condición de secuestrados por los capataces de Argelia.
No volvimos a saber de Sánchez Serra hasta que volvió a la palestra en estos días. Lo hizo con un nuevo papelón, una embestida escandalosa ahora contra la causa palestina, en una serie de publicaciones en las que recrimina a palestinos por su falta de apoyo a los títeres argelinos del Sahara Occidental que dice defender, el Frente Polisario y su fallida República Árabe Saharaui.
Los divagues de Sánchez Serra no tienen desperdicio, como cuando ataca a la misma UNESCO en defensa de Israel, y califica como “repugnante y aberrante” la resolución de dicho organismo multilateral, que niega el vínculo milenario judío sobre el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos, “los lugares más sagrados de los judíos”.
En su serie de artículos, Sánchez también busca convertir en víctimas a los victimarios, afirmando que en realidad la nación perseguida es Israel. Lo que muchos consideran una contradicción, el respaldo a los saharauis contrapuesto a los ataques a la causa palestina, en realidad no es tal.
Es natural que la causa de las ONG ligadas al poder mundial no logre apoyo por parte de quienes defienden una causa legítima. Muchos palestinos han pedido incluso que el Polisario deje de usar su bandera para confundir a la opinión pública internacional.
Es natural que los defensores de una causa justa rechacen un paralelismo con intereses creados, gestados en el robo de la ayuda internacional por parte de ONG corruptas, que son los que sostienen en la realidad la nunca bien ponderada lucha por el “Sahara Libre”.
La tanda de incoherencias sería anecdótica si no fuera por el conocido respaldo que goza el citado articulista por parte de la embajada argelina en Perú, comprometiendo al mismo gobierno de Argel en su traición a una causa que en el mundo árabe no está en discusión.
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