Vacunar contra cuatro cepas de la gripe, en lugar de tres, ayudaría a mejorar la prevención, evitar complicaciones, morbilidad y mortalidad. Pero, además, si se aplicara en España, esta intervención sería coste-efectiva. Ésta es la conclusión de un análisis realizado por GSK junto con expertos en gripe y publicado en la revista Human Vaccines & Immunotherapeutics, que analiza el coste efectividad de la vacuna antigripal tetravalente inactivada en comparación con la trivalente que, en la actualidad, se emplea en las campañas de vacunación de la gripe estacional en España.
El estudio explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las vacunas frente a la gripe incluyan, como mínimo, dos cepas de virus A y un linaje del virus B (vacuna trivalente, TIV). Cada año, la OMS hace una estimación sobre cuáles serán las cepas predominantes de virus A y B en la temporada siguiente, y en base a ella se fabrican las vacunas trivalentes.
Tras la aprobación por las agencias reguladoras de vacunas tetravalentes inactivadas (QIV), que incluyen una cepa adicional del virus B, los autores han estimado el coste-efectividad de reemplazar la vacuna TIV por la QIV en los grupos de riesgo y en la población mayor de 65 años en los que actualmente se recomienda la vacuna en España.
El análisis comienza explicando que, aunque los virus del tipo A son los que provocan la mayoría de infecciones de gripe, la infección por virus B también es habitual en niños y en adultos jóvenes. Asimismo, explica que hoy existen vacunas trivalentes eficaces y seguras frente a la gripe, que se han usado en los últimos 60 años. Sin embargo, “dado que en el pasado se ha producido una co-circulación global de dos linajes de tipo B, continúa habiendo una necesidad no cubierta”, apunta el estudio.
De este modo, la proporción de infecciones de la gripe no cubiertas por la vacuna TIV varía de año en año debido a las discordancias en el virus B entre la vacuna y los linajes B circulantes (mismatch), es decir, cuando la cepa que circula no coincide con la prevista. En España, de acuerdo con el estudio, han co-circulado dos linajes B diferentes en siete de cada ocho temporadas desde la de 2005-2006 (excluyendo la temporada de pandemia de gripe de 2009-2010). Como consecuencia, la vacuna trivalente no ha resultado completamente adecuada.
El Dr. Raúl Ortiz de Lejarazu, jefe de Servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico de Valladolid, director del Centro Nacional de Gripe y uno de los firmantes del análisis, explica que “La epidemia de gripe del año pasado fue un ejemplo de discordancia prácticamente total, aunque con variaciones entre Comunidades Autónomas”. Si se mantuviera la tendencia actual, de discordancias “cada dos años, con distinto grado de intensidad”, señala Ortiz de Lejarazu, el coste de la vacuna tetravalente “sería asumible entre tres y cinco años si no hay otros cambios en la biología del virus”.
Bajo estas premisas, el objetivo del análisis fue comparar el coste-efectividad de los programas de vacunación en España con la vacuna TIV o con QIV para la prevención de la gripe en individuos mayores de 65 años o de riesgo. Al evaluar la cohorte vacunada frente a la gripe con un horizonte temporal de una vida el empleo de la vacuna QIV daría lugar a una ganancia de 40.000 años de vida ajustados por calidad (AVAC). Aunque existe una diferencia en el precio de la vacuna, de acuerdo con los autores del estudio, “ésta queda compensada si se consideran los costes sociales, ya que la vacuna QIV se asocia a unos costes indirectos menores (menos pérdidas de producción y menor grado de absentismo laboral)”.
De acuerdo con los resultados del modelo, el uso de la vacuna antigripal tetravalente en España conllevaría anualmente 18.565 casos menos de gripe, 2.577 complicaciones relacionadas con la enfermedad menos y se evitarían 407 hospitalizaciones en comparación con la vacuna trivalente.
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