Con la llegada de la primavera hay personas que se sienten más cansadas de lo normal, a esto se le llama astenia primaveral. Según datos que maneja noVadiet, líderes en el cuidado de la salud de la forma más natural, aproximadamente seis de cada diez hombres y cuatro de cada diez mujeres la sufren, en mayor o menor medida. Aunque los síntomas asociados al cambio de estación suelen desaparecer al cabo de algunas semanas, existen diferentes formas de combatir las molestias y adaptarnos más rápidamente a esta época del año.

Qué es la astenia primaveral
La astenia primaveral es un conjunto de síntomas que se manifiestan con la llegada de la primavera. Aunque no se reconoce como una enfermedad en términos clínicos, se sabe que es una respuesta fisiológica y emocional a los cambios que trae consigo la transición del invierno a la primavera.
En esta época del año, el cuerpo humano experimenta una serie de ajustes necesarios para adaptarse a las nuevas temperaturas, a una mayor exposición a la luz solar y a las variaciones en el ritmo circadiano. Todo ello se traduce en una sensación persistente de cansancio y falta de energía.
Muchas personas notan que, en esta época, decaen sus niveles de vitalidad y, aunque se sienten más animados con el incremento de la luz natural, también se enfrentan a episodios de fatiga para la que no encuentran explicación. En algunos casos, además, el cansancio viene acompañado de otras pequeñas molestias que hacen que no nos encontremos bien físicamente.
Qué provoca la astenia primaveral
La aparición de la astenia primaveral se relaciona con varios factores interconectados que actúan de forma simultánea en el organismo. Los expertos de noVadiet señalan que entre las causas más comunes se encuentran las siguientes:
- Cambios en el ciclo de luz y oscuridad. La transición de días cortos a días más largos afecta a nuestro reloj biológico, de manera que el aumento repentino en la cantidad de luz natural puede provocar un desfase en la sincronización de los ritmos circadianos, lo que altera nuestra sensación de bienestar general.
- Desequilibrios hormonales. El cambio en la cantidad de luz solar afecta la producción de hormonas, especialmente la melatonina y la serotonina. La melatonina, encargada de regular el sueño, puede verse desfasada, mientras que la serotonina, que influye en el estado de ánimo, puede experimentar fluctuaciones que contribuyen a experimentar sentimientos de desánimo o irritabilidad.
- Adaptación metabólica. El invierno nos obliga a la conservación de energía, mientras que la primavera se asocia a una mayor actividad externa. El cambio de estación, por tanto, puede generar una sensación de fatiga transitoria.
- Factores ambientales y climáticos. El incremento de la temperatura y la variabilidad climática típica de la primavera pueden desencadenar respuestas fisiológicas en nuestro organismo. No es raro que los cambios bruscos de temperatura, junto con la mayor presencia de polen y otros alérgenos, provoquen sensación de fatiga y desánimo.
- Estrés y ritmo de vida acelerado. Las personas que llevan un ritmo de vida muy acelerado o que están sometidas a altos niveles de estrés son especialmente susceptibles a experimentar cansancio, ya que el organismo no solo se ve afectado por los cambios externos, sino también por las presiones internas de nuestro día a día.
Síntomas de la astenia primaveral
Los síntomas de la astenia primaveral pueden variar en intensidad y duración, y se presentan de forma generalizada, afectando tanto el aspecto físico como el emocional. Entre los síntomas más comunes se encuentran los siguientes:
Fatiga persistente La sensación de cansancio inexplicable es el síntoma más característico de la astenia primaveral. A pesar de haber descansado adecuadamente, la persona se siente agotada y con poca energía para enfrentar las actividades cotidianas.
Letargo y sensación de confusión Muchas personas describen la astenia primaveral como una especie de neblina mental, que suele acompañarse de pereza para iniciar o completar tareas diarias, lo que puede afectar al rendimiento laboral.
Baja concentración En muchos casos, la llegada de la primavera también se manifiesta en una disminución de la capacidad para concentrarse. Las tareas que normalmente se realizan con facilidad pueden resultar más complicadas y la atención se dispersa más fácilmente.
Alteraciones en el sueño Algunas personas experimentan problemas para conciliar el sueño o despertares nocturnos que impiden un correcto descanso. Así, el cambio de los patrones de sueño habituales contribuye a la sensación de fatiga durante el día.
Cambios en el estado de ánimo El desánimo y la irritabilidad son más comunes en esta época del año. Estos cambios emocionales pueden ser sutiles, pero son lo suficientemente significativos como para afectar la calidad de vida y las interacciones sociales.
Molestias corporales inespecíficas En algunos casos, la astenia primaveral se traduce en dolores musculares o cefaleas leves, que, aunque no incapacitan, contribuyen a una sensación de malestar generalizado.
Métodos naturales para combatir la astenia primaveral
Cuando llega la primavera es importante adoptar estrategias que permitan al organismo adaptarse de manera saludable a los cambios estacionales. Entre los métodos naturales para mitigar la astenia primaveral los expertos de noVadiet recomiendan:
1. Establecimiento de una rutina diaria Una de las medidas más efectivas es estructurar el día con horarios fijos para despertarse, comer e irse a dormir. Tener hábitos ayuda a resincronizar el reloj biológico y facilita la adaptación del organismo a un aumento de la luz diurna.
2. Actividad física moderada El ejercicio regular, como caminar, gimnasio de mantenimiento, practicar yoga o nadar, ayuda a aumentar la energía. Además, la actividad física contribuye a la liberación de distintas hormonas, como: las endorfinas (con propiedad analgésica), la dopamina o la serotonina, hormonas conocidas como “las hormonas del bienestar”, que ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
3. Alimentación equilibrada y rica en nutrientes Incluir frutas, verduras, cereales integrales y proteínas de calidad fortalece el sistema inmunológico. Además, es recomendable prestar especial atención a los alimentos ricos en antioxidantes, ya que ayudan a combatir el estrés oxidativo que puede agravar la fatiga.
4. Complementos alimenticios Algunos complementos alimenticios son perfectos para combatir la astenia primaveral, entre ellos la jalea real, que potencia tu energía. Se puede encontrar en forma de viales, ampollas o cápsulas. Además, para combatir la fatiga mental y mejorar la sensación de desánimo, nada mejor que las vitaminas tiamina (B1), B6 y B12, que se pueden combinar con vitamina D, perfecta para esta época del año en la que hay un aumento de polen.
5. Exposición gradual a la luz natural Se recomienda aumentar gradualmente el tiempo que se pasa al aire libre, permitiendo que el organismo se vaya acostumbrando paulatinamente a una mayor intensidad solar.
6. Hidratación adecuada El agua ayuda a regular la temperatura corporal, facilita nuestras acciones metabólicas y contribuye a la eliminación de toxinas, aspectos fundamentales para contrarrestar la sensación de fatiga.
Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet señala que: “Lo más adecuado es abordar la astenia primaveral de manera integral. Es fundamental escuchar a nuestro cuerpo, tener constancia y adaptarnos gradualmente a los cambios que trae consigo la primavera, de manera que podamos no solo mitigar los síntomas, sino también potenciar nuestro bienestar a largo plazo. En nuestra mano está la oportunidad para reorganizar nuestro día a día, priorizándonos y fomentando hábitos más saludables”.
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