El suizo Roger Federer ha sumado su tercer Masters 1.000 de la temporada, después de derrotar en su enésimo duelo al español Rafael Nadal, por 6-3 y 6-4, en la final del Abierto de Miami disputada este domingo, en un encuentro en el que el suizo estuvo muy sólido y apenas dio opciones al balear. En una reedición de la final del Abierto de Australia, Federer volvió a ganar mostrándose muy firme con su saque y no cediendo ninguno de sus servicios ante un Rafael Nadal que, en momentos puntuales, cedió dos que le brindaron el título a su rival.
De esta forma, el de Ginebra se ha convertido en el único tenista en activo, junto con Novak Djokovic, en haber ganado en tres ocasiones los dos Masters 1.000 estadounidenses en el mismo año, tras su victoria en Indian Wells.
No acusó el desgaste de sus dos rondas previas el suizo, que había jugado sendos partidos maratonianos tanto en cuartos de final, ante Tomas Berdych, como en semifinales contra Nick Kyrgios. En una hora y 35 minutos, se deshizo por cuarta vez consecutiva del español, algo que no había logrado hasta la fecha, y le volvió a quitar la final del torneo estadounidense, a la que Nadal ha llegado en cinco ocasiones sin lograr ni una sola victoria.
El primer set de la final comenzó muy igualado, con un juego maratoniano en el que Nadal desaprovechó dos opciones de rotura. Finalmente, Federer se quedó con el primer juego del encuentro. Ambos tenistas se afianzaron en sus respectivos saques, pero en el octavo juego, tras dos opciones desperdiciadas, el suizo no falló en su tercera posibilidad de break y le rompió el saque al manacorí para poner el 5-3.
El set acabó con un golpe de autoridad del de Ginebra que, con un saque endiablado, dejó seco a Nadal, que ya pensaba en el segundo asalto sabedor de lo complicado de remontar. Al final, 6-3, y ventaja para Federer, que se acercaba a su tercer Masters 1.000 del año.
En la segunda batalla, Nadal comenzó de manera sólida en su saque, logrando el primer juego con solvencia. Pero Federer respondió de la mejor manera, para despejar todos los fantasmas, con un juego en blanco que puso el empate. Al igual que ocurriera en el primer set, ambos tenistas se afianzaron en sus servicios y no dieron opciones a su rival.
Pero en el juego noveno del set, Roger Federer se aprovechó de dos errores de concentración de Nadal para volverle a arrebatar un juego, como ya pasara en el primero. Tras este golpe, Federer resolvió por la vía rápida su servicio y se hizo con el set, el partido y el campeonato por un 6-3 y 6-4.
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