Estado Islámico ha perdido más del 60 por ciento de los territorios que controlaba hace tres años y más del 80 por ciento de los ingresos económicos, según un estudio redactado por HIS Markit, una empresa especializada en análisis crítico de información.
El autoproclamado 'califato' de Estado Islámico consta de 36.200 kilómetros cuadrados de territorio a fecha de 26 de junio de 2017, una superficie similar en tamaño a Bélgica o al estado estadounidense de Maryland.
Este territorio supone una reducción del 40 por ciento respecto al que tenían los milicianos de negro al inicio de 2017 y un 60 por ciento menos que el que dominaba en enero de 2015, cuando Estado Islámico controlaba 90.800 kilómetros cuadrados en Irak y en Siria.
"El auge y la caída de Estado Islámico se han caracterizado por una rápida inflación, seguida de un constante declive", ha explicado Columb Strack, analista especializado en Oriente Próximo de HIS Markit. "Tres años después de que se declarara el 'califato', es evidente que el proyecto de gobierno del grupo ha fracasado", ha añadido.
"El resto del califato de Estado Islámico es probable que se desintegre antes de final de año, reduciendo su proyecto de gobierno a un serie de zonas urbanas aisladas que finalmente serán recuperadas durante 2018", ha explicado Strack.
Además de perder territorios, Estado Islámico también ha visto claramente reducida su capacidad de generar ingreso. El 'califato' ha pasado de tener unos ingresos al mes de unos 81 millones de dólares (70 millones de euros) en el segundo trimestre de 2015 a 16 millones de dólares (14 millones de euros) en el mismo periodo de 2017, lo que supone una caída del 80 por ciento.
La pérdida de ingresos económicos responde a las reducciones de fondos por producción petrolera y contrabando, impuestos y confiscaciones de bienes, entre otras actividades ilícitas. Los ingresos mensuales por petróleo han bajado en un 88 por ciento y los derivados de impuestos y de las confiscaciones han caído un 79 por ciento respecto a las estimaciones de 2015.
"Las pérdidas de territorios son el factor principal que contribuye a la pérdida de ingresos de Estado Islámico", ha señalado Ludovico Carlino, analista de Oriente Próximo en IHS Markit. "Perder el control de la densamente poblada ciudad de Mosul y de las zonas ricas en petróleo de las provincias sirias de Raqqa y Homs ha tenido un importante impacto en la capacidad del grupo de generar ingresos", ha explicado.
Según el informe, la capacidad de Estado Islámico de aumentar los impuestos en las zonas que domina para compensar las pérdidas habría alcanzado su límite. El equipo que ha hecho el informe ha indicado que no ha observado cambios importantes en los impuestos de Estado Islámico ni en las multas económicas desde finales de 2016.
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