Existe un desconocimiento destacado acerca de la hepatitis C, sus posibles repercusiones, vías de transmisión y formas de diagnóstico que contribuye a una deficitaria y preocupante concienciación social en materia de hábitos preventivos y estigmatización social asociada a esta enfermedad. Esto, unido al carácter asintomático de la hepatitis C, se traduce en un incremento del riesgo de transmisión, una detección precoz más complicada, un horizonte de erradicación de la patología, cuando menos, difícil, y un contexto estigmatizador que afecta a la calidad de vida de los pacientes. La herramienta más eficaz para sortear estos obstáculos: la información.
Así lo revela el informe “Percepción social de la hepatitis C en España”, promovido por Fundación MÁS QUE IDEAS y la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y presentado hoy en Madrid por Diego Villalón, presidente de la primera institución; Jesús Fargas, responsable de Relaciones Institucionales y de VHC en FNETH; y Juan Andrés Ligero, profesor asociado del Departamento de Análisis Social de la Universidad Carlos III de Madrid y director de Means Evaluación, empresa copartícipe del informe.
Tal y como han explicado sus promotores, el informe se ha realizado para analizar el grado de conocimiento de la población acerca del virus de la hepatitis C y las actitudes potencialmente estigmatizadoras hacia la enfermedad a fin de identificar las áreas de intervención prioritarias para el control de la patología, que han resultado ser la prevención, el diagnóstico y el estigma.
“Valoramos muy acertadamente este tipo de iniciativas, pues ayudan tanto a los pacientes como a las asociaciones de pacientes a conocer más y mejor aspectos fundamentales de la hepatitis C”, ha declarado el responsable de VHC en FNETH, señalando las demandas más importantes para los afectados: “La primera, por fundamental, es la curación, por lo que hemos trasladado a las autoridades sanitarias la necesidad de tratar a los pacientes diagnosticados con los nuevos AAD, que desde finales del 2014 están incorporados en nuestra cartera de medicamentos”, ha dicho Jesús Fargas, reclamando “campañas explicativas que hagan hincapié en los aspectos preventivos y trasladen con claridad las vías de contagio de la patología” y la “eliminación de todo atisbo de estigmatización o discriminación, realizando para ello esfuerzos explicativos sobre cómo se transmite la enfermedad”, y haciendo también un llamamiento a la generosidad de los ciudadanos para la donación de órganos.
Por su parte, el presidente de MÁS QUE IDEAS ha coincidido en que “el estigma afecta a muchas personas con hepatitis C y hemos podido comprobar cómo estas actitudes estigmatizadoras están relacionadas con el desconocimiento en torno a la enfermedad”. “Por ello -ha añadido Diego Villalón-, es necesario que las autoridades sanitarias, la comunidad científica y la sociedad civil nos unamos para promover iniciativas educativas y de concienciación que transmitan la realidad de esta enfermedad, conciencien para evitar situaciones de discriminación y desmitifiquen muchas de las ideas preconcebidas que tiene la población sobre la hepatitis C”.
Y es que, a pesar de ser una enfermedad con cierta visibilidad entre la población, una tercera parte de la misma no ha oído hablar de la hepatitis C, una de cada cinco personas no sabe que el hígado es el principal órgano afectado, y un 30% y un 40% no asocia la patología con la cirrosis y el cáncer de hígado, respectivamente, pese a que son sus complicaciones más frecuentes y las principales causas de muerte en personas con esta enfermedad. Más aún: el porcentaje de encuestados que no sabe o no cree que sea posible curar la hepatitis C supera el 40%, a pesar de los resultados esperanzadores de los últimos avances terapéuticos en términos de curación.
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