Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | The Washington Post Writers Group

La estopa de la derecha en 2011

E. J. Dionne
sábado, 12 de noviembre de 2011, 11:45 h (CET)
WASHINGTON -- Los comicios celebrados en todo el país esta semana estuvieron marcados por la palabra "extralimitación", en concreto extralimitación conservadora. Teniendo en cuenta la oportunidad en 2010 levantar una mayoría a largo plazo, los Republicanos siguieron en su lugar legislaciones radicales y partidistas. El martes, cosecharon indignadas rebeliones electorales.

La más importante se registró en Ohio, donde los electores derrotaron de forma mayoritaria la medida legislativa del Gobernador John Kasich que priva de la negociación colectiva esencial a los sindicatos de empleados públicos. ¿Quién habría predicho hace un año que defender los intereses de funcionarios públicos iba a galvanizar y movilizar a los electores a este nivel? Los conservadores anti-sindicatos han devuelto a la vida la política de clases, importante amenaza al Partido Republicano que desde hace tiempo dependía de los votos de electores de clase obrera blancos y a cambio no les ofrecía nada.

En Maine, los electores ejercieron lo que el estado llama "veto popular" para deshacer un código aprobado por los Republicanos que habría puesto fin al registro en el censo durante la jornada electoral, cosa que funcionó bien en Maine durante casi cuatro décadas.. Lo que a menudo se pasa por alto es que los conservadores Republicanos elegidos en 2010 no están sacando adelante políticas de derechas simplemente. En cuanto pueden, utilizan también las mayorías de unas únicas elecciones para manipular futuros comicios -- dificultando que los votantes jóvenes y de minorías voten y tratando de dar al traste con la influencia política de los sindicatos. Los comicios de Maine y Ohio son un rechazo a esta estrategia.

En Mississippi, el estado más conservador de la unión quizá, los votantes tumbaron un referendo para declarar ser humano un zigoto por un margen de 3 a 2 aproximadamente. Aquí se produjo una extralimitación por parte del movimiento antiabortista, que trató de obligar a los electores a aprobar una medida que habría ilegalizado formas populares de control de la natalidad y la fertilización in vitro.

La guerra contra la extralimitación también se ampliaba a la cuestión de la inmigración. En Arizona, Russell Pearce se convierte, destaca The Arizona Republic, en el primer presidente del Senado del estado en ejercicio y primer legislador de Arizona en perder una moción popular. Pearce, que se sacó de la manga una legislación virulentamente contraria a los inmigrantes, fue derrotado por Jerry Lewis, un conservador con mano izquierda. Lewis interpretaba correctamente la suya como la victoria de "la recuperación del tono cívico en la política". Fue un caso de conservadurismo de la vieja escuela que derrota a la variante del movimiento de protesta fiscal tea party.

Y en Iowa, los Demócratas salvaron su mayoría en el Senado del estado ganando unos comicios extraordinarios ingeniados por el Gobernador Republicano Terry Branstad. Occupy Wall Street, observa que las elecciones importan: una victoria Republicana sobre la Demócrata Liz Mathis habría abierto la puerta a que Branstad sacara adelante una rebaja del impuesto de sociedades.

La derrota de Mathis también habría permitido a los conservadores enmendar la Constitución de Iowa para prohibir el matrimonio homosexual. Mathis ganó con el 56 por ciento a pesar de las llamadas de un desconocido colectivo que pedía a los votantes que preguntaran a Mathis por las legislaciones del matrimonio homosexual que apoyaba. (Hay que decir, como destaca el Des Moines Register, que organizaciones conocidas contrarias al matrimonio homosexual denunciaron la campaña).

La cara positiva potencial para los Republicanos fue menos positiva de lo que se suponía. En Virginia, ambas partes esperaban que el Partido Republicano se hiciera con el Senado del estado. Pero los Republicanos sólo se hacen con el empate 20-20, dando la última palabra al teniente Republicano de la gobernación Bill Bolling.

El reparto se traduce en que Virginia no ha vuelto a su anterior posición de bastión Republicano. Sigue siendo un estado conservador en el aire. Especialmente significativos, destaca el consultor electoral Demócrata Mo Elleithee, son los éxitos del partido en los barrios residenciales y los municipios circundantes de Washington, D.C. y Hampton Roads, las zonas justamente que tienen que funcionar al Presidente Obama si quiere ganar en Virginia el año que viene como hizo en 2008. Los Demócratas también conservaron cómodamente la Legislatura de Nueva Jersey, insinuando los límites al tan anunciado toque mágico del Gobernador Chris Christie.

Uno de los resultados de los referendos que puede celebrar el Partido Republicano fue el contundente resultado de Ohio contra de la obligatoriedad de tener seguro médico. Aunque los partidarios de la reforma sanitaria afirmaron que la pregunta a votación era engañosa, el resultado ilustra la labor verdaderamente horrorosa que tienen que llevar a cabo los Demócratas defendiendo lo que promulgan. No pueden dejar que la reforma sanitaria siga siendo el bastardo político.

Advertencia útil aparte, los resultados del martes subrayan el poder de los sindicatos y de la política populista, el riesgo para los conservadores de los extremos en cuestiones sociales, y el hecho de que 2010 no fue ninguna licencia para implantar políticas de derechas. También significan que si los Republicanos no se apartan de un programa que incomoda enormemente a los estadounidenses de clase media e ingresos medios -- y que en algunos casos indigna -- en 2012 perderán un encuentro bastante más importante.

Noticias relacionadas

Censura. No la juzgo como una práctica muy denostada en estos días. Por el contrario, se me antoja que tiene más adeptos de los que, a priori, pudiéramos presumir. Como muestra de ello, hay un sector de usuarios que están abandonando cierta red social para migrar a otra más homogénea, y no con el fin de huir de la censura, sino por la ausencia o supresión de la misma en la primera de ellas.

Vivimos agazapados sobre los detalles mínimos a nuestro alcance y llegamos a convencernos de que esa es la auténtica realidad. Convencidos o resignados, estamos instalados en esta polémica de manera permanente; no aparece el tono resolutivo por ninguna parte. Aunque miremos las mismas cosas, cada quien ve cosas con matices diferentes y la disyuntiva permanece abierta.

El nombramiento de Teresa Ribera huele que apesta, aunque el Partido Popular y el Gobierno han escenificado perfectamente su falso enfrentamiento. Dicen en mi tierra que entre hienas no se muerden cuando no conviene o, si lo prefieren, entre bomberos no se pisan la manguera. El caso es que el Gobierno y sus socios ya celebran por todo lo alto ese inútil e inesperado nombramiento.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto