WASHINGTON -- Si viene siguiendo la crisis de la deuda de Europa, probablemente haya reparado en que el lunes, la agencia de calificación Moody's difundió un nuevo informe advirtiendo de "la creciente gravedad de la crisis de la deuda soberana de la zona euro". Buah. Casi todas las semanas alguna agencia rebaja la calificación de algún país o entidad bancaria europea -- o anuncia que va a rebajarla. Estas crónicas se han vuelto rutina. Bueno, esta no lo es. Si usted la lee, descubrirá que no es ninguna advertencia corriente. Es una alarma estridente de que Europa flirtea con la catástrofe continental.
He aquí unos cuantos extractos deprimentes:
-- La crisis "podría entrar dentro de poco en una fase que los legisladores serán incapaces de controlar".
-- La posibilidad de que más países quiebren "ha dejado de ser insignificante". (Moody's considera que Grecia se encuentra ya al borde de la quiebra).
-- Múltiples descubiertos elevarían la probabilidad de que "uno de los socios más débiles o más... abandonen el euro".
-- El sistema bancario del país que abandone el euro "dejaría de funcionar de forma significativa durante un margen de tiempo lo más probable, desestabilizando de forma sustancial la circulación del crédito a la economía nacional y provocando una oleada de quiebras de empresas y familias".
-- Las economías progresivamente más débiles y la incertidumbre financiera podrían conducir a "presiones bajistas de la calificación" en el caso de los países de la zona euro más fuertes (Alemania y Holanda, por ejemplo) y algunos países fuera de la zona euro (Suecia, Gran Bretaña).
¿Asustado ya?
Siendo justos, Moody's afirma que su "proyección central" da por sentado que la zona euro (los 17 países que utilizan la moneda única) va a sobrevivir y que los europeos van a encontrar formas de rescatar a los socios más débiles. Ahora mismo, Grecia, Portugal e Irlanda han perdido su capacidad de endeudarse en el mercado privado. Pero hasta dentro de su proyección más optimista, Moody's pronostica "sacudidas" que van a dejar a más países -- Italia, España y Bélgica probablemente -- incapaces de endeudarse en el mercado privado. A menos que sean rescatados, estos países quebrarán. Por el momento, no existe ningún mecanismo convenido para rescatarlos.
El informe de Moody's indica que la crisis de Europa ha entrado en una fase nueva y más peligrosa. La gente está debatiendo abiertamente resultados que en tiempos parecían impensables: la ruptura de la zona euro; la quiebra masiva de entidades bancarias. Firmando en el Financial Times del martes, el Ministro de Exteriores polaco Radoslaw Sikorski advierte:
"La ruptura de la zona euro supondría una crisis de proporciones apocalípticas, que iría más allá del sistema financiero. ¿En serio podremos confiar en que todo el mundo actúe de forma común y se resista a la tentación de cobrarse las deudas en otros terrenos, como el comercio, una vez se asiente la lógica del 'sálvese quien pueda'?"
Unas cuantas páginas antes, Gavyn Davies, reconocido economista europeo, discute la repercusión de una escisión de la eurozona: los países y los inversores que podrían salir ganando o perdiendo. Si las divisas nacionales vuelven a circular (el marco alemán, la lira italiana y el franco francés, por poner un ejemplo), los giros en los tipos de cambio "serían importantes e impredecibles". La financiación del comercio internacional "podría derrumbarse durante un período de tiempo desconocido".
Lo que podría hacer que se perdiera el control de las cosas es el denominado "parón en seco": inversores asustados, que pierden la confianza en el euro, se retiran del mercado de préstamo y venden los títulos y las acciones denominados en euros. Los tipos de interés subirían. Algunos países serían incapaces de endeudarse o sólo podrían hacerlo a tipos punitivos. "La huida colectiva presa del pánico de cualquier activo denominado en euros", escribe Davis, podría hacer que los precios se hundieran.
Europa representa alrededor de la quinta parte de la economía global, y los efectos sobre el resto del mundo, Estados Unidos incluido, serían malos casi seguro. Entre la quinta y la cuarta parte de la exportación estadounidense va a Europa. El lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de París decía que la zona euro se encuentra ya en mitad de una recesión suave que hará más difícil de resolver su problema de deuda soberana. Puntualmente, sin embargo, la OCDE advertía de que sus proyecciones económicas para 2012 podrían ser demasiado optimistas si el problema de la deuda no se puede desactivar.
Los líderes europeos se reúnen esta semana para diseñar medidas que tranquilicen a inversores y agentes de crédito. Durante los 18 últimos meses se han celebrado muchas reuniones así. Ninguna hasta la fecha ha recuperado la confianza.
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