Como si de la canción infantil se tratase, el caso 11-M se está convirtiendo en la pesadilla que fue y en el detrimento de la verdad y el crispado elenco mediático y político por parte de algunos que, da la sensación, no quieren llegar al fondo del asunto.
Después de lo publicado por el diario el Mundo y otros medios, todas las aportaciones y elementos clarificadores que ponen al descubierto ciertas incidencias ocurridas en los juicios anteriores, la magistrada Coro Cillán, ha abierto de nuevo la causa.
No en vano, el camino no va a ser de rosas y se está empezando a encontrar con obstáculos para intentar destapar los hechos calamitosos sobre la mayor matanza ocurrida en la historia de España ya que, no parece un hecho casual y aislado, que la campaña realizada contra Cillán se presente días antes de que levante el secreto de las diligencias de investigación, las cuales, pueden dar un giro de 180 grados al caso. Una de ellas es la declaración del Sánchez Manzano, jefe de los Tedax.
Es extraño que el fiscal de Madrid, curiosamente nombrado por el ex ministro Bermejo ligado al PSOE, ordenara al servicio de inspección del Consejo General del Poder Judicial controlar a la magistrada.
También es extraño que, su propia secretaria, Sacramento Fernández, ex cuñada del socialista Diego López Garrido, la denunciase en el órgano máximo de los jueces. El manifiesto de los dos letrados, según ha podido publicar el diario de La Gaceta en un cruce de mails de los mismos, dice así: “Llámame para que te cuente cómo va el proceso de desestabilización de la juez”.
Pero esto no acaba aquí, porque la secretaria de la juez se ha ido de vacaciones fuera del país. Puede que parezca un hecho sin importancia, pero nada más lejos de la realidad. Cillán no puede continuar con las diligencias porque puede enfrentarse a una anulación de las mismas al no estar presente la secretaria judicial.
Todo parece indicar que Coro Cillán va por el buen camino en sus investigaciones y que parece molestar a un sector de la casta política que intenta socavar sus intereses oscuros sobre la matanza del 11M, pero si existen indicios sobre lo ocurrido en el atentado que hacen sospechar que el caso debe apuntar hacia otro lado u otras personas, deben premiar sobre los intereses partidistas de algunos por encima de todo. Porque, como dice la canción, las sardinas van por el mar y por el monte corren las liebres, y no como si de un mundo al revés se tratara.
Santiago Arroyo
|